Agricultores de la Región de O’Higgins se hacen más competitivos a través de la adopción de prácticas sustentables

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Promover una producción más competitiva y generar la sostenibilidad de la actividad, son parte de los objetivos que plantean dos proyectos desarrollados en la Región de O'Higgins con pequeños productores frutales y de hortalizas: Horticrece y Caja de Herramientas.

Ambos fueron presentados en el Encuentro de Economía Circular: “Una Agricultura Sustentable para la Región de O'Higgins”, llevado a cabo en Rancagua y organizado por la Fundación Empresarial Eurochile y el Gobierno Regional.

En dicho encuentro se llevó a cabo un panel compuesto por Francisco Duboy, presidente Asociación de Productores y Exportadores de O'Higgins (Asproex); Elba Vivanco, directora del Proyecto Agricultura climáticamente inteligente para el Valle de Nilahue; y Álvaro Alegría, gerente de Horticrece; quienes expusieron sobre el desarrollo, los avances y dificultades de estas experiencias con agricultores de la región.

Enseñar y sensibilizar a los productores

"El proyecto busca enseñar y sensibilizar a los productores para que se reconviertan a una producción sustentable y sean más competitivos" comentó Vivanco sobre el trabajo desplegado, en el marco del proyecto Caja de Herramientas, junto con la Asociación de Agricultores de Lolol, que busca cambiar hábitos y prácticas en pequeños productores para generar una gestión adecuada de los residuos y modificar el uso de fertilizantes.

"Nuestro programa busca aportar, demostrando de manera práctica, cómo se puede contribuir a una agricultura climáticamente inteligente. Esto lo hacemos midiendo y revisando los procesos existentes, incentivando cambios de hábitos y volviendo a medir, demostrando cuantitativamente los efectos de la práctica adoptada" detalló.

Por su parte, Alegría señaló que Horticrece surge en 2016 a propósito de un diagnóstico realizado y que arrojó que los hortaliceros solamente recogían el 15% del valor final de sus productos, debido a que estos, a diferencia de la fruta, tienen una vida útil corta.

Ante este escenario generaron una hoja de ruta "que permitiese avanzar hacia una producción de hortalizas con valor agregado y sustentables. Hoy hay empresas que generan productos orgánicos en la región y otras lo hacen con productos de cuarta gama, que vienen procesados".

Ese mismo diagnóstico arrojó alrededor de 30 brechas existentes, las que agruparon en tres ejes estratégicos de trabajo: garantizar un producto limpio, sano e inocuo; I+D para alargar la vida útil de las hortalizas; y comercialización y logística. "Hoy tenemos agricultores certificados para Global GAP del mercado de Alemania y certificados en ley FISO americana, relativa a la inocuidad microbiológica".

Vivanco coincide en la necesidad de trabajar en las brechas existentes para mejorar la competitividad de los productores, "porque en el Valle de Nilahue, por ejemplo, son las mismas que afectan a gran parte de los pequeños agricultores del país y que tienen que ver con la escasez hídrica, la baja alfabetización digital, la comercialización, y la falta de asociatividad, porque les cuesta ver el valor que genera asociarse".