¿”Estanflación” en Chile? Uno de los posibles efectos del conflicto ruso-ucranio

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Por: Carolina Erices, profesora de Ingeniería Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Este primer trimestre del año 2022, ha estado marcado en el ámbito internacional por un conflicto que podría convertirse en uno de los mayores de la historia de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, pese a los esfuerzos de la diplomacia para que esto no ocurriera.

Junto con el colapso de las cadenas logísticas desde la irrupción del COVID-19 y las presiones inflacionarias globales, la irrupción de las tropas rusas en territorio ucraniano, está echando por tierra las esperanzas de una recuperación económica mundial, al menos a corto plazo. Como todo conflicto geopolítico y militar, éste tiene efectos instantáneos en los mercados financieros y particularmente, sobre la renta variable y la deuda de alto riesgo. Hay mucha volatilidad y con tendencia a la caída en los precios, mientras que suben las primas de riesgo y las materias primas.

La economía mundial presenta nuevos desafíos para lograr la anhelada recuperación global, siendo afectada por una mayor inflación, menor crecimiento económico y mayor incertidumbre.

¿Afecta la guerra a la economía Chilena?

La guerra sacude a los mercados de todo el planeta y Chile no es la excepción, a pesar de que estamos geográficamente al otro lado del mundo. Con la reducción del intercambio comercial con Rusia, las sanciones económicas impuestas a Moscú por EE.UU. y la UE y el efecto contagio junto con las consecuencias indirectas derivadas del deterioro de la confianza de las empresas y los consumidores y de la crisis en los mercados de materias primas, hacen pensar que las repercusiones podrían ser desde relativamente limitadas hasta tremendamente graves. Si los precios de la energía siguen su escalada, por ejemplo, la economía mundial podría entrar fácilmente en una recesión en tres años. En Chile se verán consecuencias en la cadena productiva y en el aumento de la inflación en el mediano plazo.

Revisemos los principales impactos en la economía nacional:

Aumento del precio del petróleo y la inflación

El conflicto en Ucrania llevó el precio del petróleo a su nivel más alto desde agosto de 2008, llevando el precio del Brent sobre los US$118 por barril, lo que trae como consecuencia presiones inflacionarias en los precios de los productos y servicio en la economía local.

En términos simples, el aumento en el precio del petróleo contribuye a una subida en la inflación por qué el petróleo es una materia prima para muchos productos, principalmente la gasolina y el diésel (combustible mayoritariamente usado en el transporte), lo que se traduce en mayores costos para los productores y transportistas, los que necesitan recuperar esos mayores costos para seguir manteniendo sus márgenes de ganancia y así, poder sustentar la permanencia de su propio negocio. Estos costos serán trasladados al consumidor en forma de mayores precios, lo que se traduce en inflación.

Menor crecimiento

El conflicto militar, sin lugar a duda, agrega un elemento de incertidumbre, volatilidad financiera e interrupciones en las cadenas de suministros globales, por lo que Chile no está exento de sufrir un shock en su economía y con ello, enfrentar perspectivas económicas menos favorables de las que ya se anticipaban, De seguir el conflicto ruso-ucraniano, aparece la posibilidad de una recesión mundial.

Tras crecer 12% durante 2021, todo indica que el PIB de Chile se desacelerará hasta niveles entre 1,5% y 2,5% este año, de acuerdo al Banco Central. Según las proyecciones, se estiman dos trimestres consecutivos de caída del Imacec trimestral desestacionalizado, respecto del trimestre previo. Esto y por razones internas; como una contracción del consumo privado (sin IFE significativos este año), una muy baja inversión privada y un fuerte ajuste a la baja del gasto público, como también, por razones externas derivadas del alza de los precios internacionales de los suministros energéticos, alimentarios o de otros productos básicos, que se ven afectados por el conflicto y como consecuencia, presiones inflacionarias al alza.

Ahora, si hay presiones de una mayor inflación y, al mismo tiempo, una menor actividad, el Banco Central va a estar en un dilema sobre si acelerar o mantener el ritmo de normalización de la tasa de política monetaria. Ese dilema lo tiene todo Banco Central que enfrenta una estanflación.

Comercio exterior

En el caso de nuestro país, dado que la estructura productiva está basada en exportaciones y, por otro lado, es dependiente de importaciones de bienes como petróleo y granos, la invasión genera incertidumbre para el crecimiento de nuestras operaciones de comercio exterior. Como dato, las exportaciones en 2021 marcaron un récord de US$ 94.705 millones, superando en 29% a los envíos de 2020, aportando al repunte de la actividad productiva. En tanto las importaciones, el año pasado sumaron US$ 91.843 millones, lo que implicó un alza de 55% en el mismo período. Por ende, el principal impacto en el PIB vendría por un menor número de transacciones comerciales en el comercio mundial, lo que reduciría nuestras exportaciones y eso incidirá en el PIB.Tanto Rusia como Ucrania son actores relevantes en la producción y exportación de trigo y maíz. Rusia y Ucrania, exportan más de una cuarta parte de la producción global de trigo, una quinta parte de la de maíz y el 80% de la de aceite de girasol. Apenas comenzó el ataque ruso a Ucrania, los precios en los mercados de trigo y maíz subieron. El precio del trigo llegó a su punto más alto desde 2012, aumentando la preocupación de que aumente aún más el costo de los alimentos a nivel global.

Expertos han advertido que la guerra podría afectar la producción de granos e incluso duplicar los precios mundiales del trigo. En términos sencillos, cuando el precio del trigo sube genera que aumente el precio del pan, fideos, galletas, harinas, etc. En la práctica, se traduce en mayor inflación Acá aparece la "Inflación importada", que se refiere para explicar el alza de precio que ha vivido el país, y que tiene que ver con encarecimiento de los productos que Chile trae desde el exterior y que son insumos clave en la canasta del IPC.

Los commodities en general están mostrando una presión alcista, pero el precio del cobre, que del total de las exportaciones chilenas equivale al 58,9% (fuente Banco Central), se movería en dirección contraria, esto por una posible menor demanda global.

Mercado financiero, y el precio del dólar

Poco después del inicio del ataque ruso, los mercados financieros en Europa y, en particular en Rusia, se desplomaron. Las acciones de compañías rusas cayeron fuertemente después de que se conociera la noticia de la invasión rusa a Ucrania, siendo los bancos y petroleras los más afectados. A medida que se desarrolla el conflicto, es probable que los mercados experimenten una mayor volatilidad. Esto no solo afectaría a los grandes inversores, sino también a las personas que, por ejemplo, ahorran para una pensión, ya sea privada o pública, cuyos ahorros están invertidos en la bolsa.

Si bien las empresas ni la banca chilena tienen exposiciones significativas al mercado ruso o ucraniano, los sectores que podrían verse más afectados serían los exportadores de salmones y frutas con destino a esos mercados. Pero también, como las alzas de precios son globales, los productos importados también se verán afectados por un dólar más caro.

En el mercado de divisas, la moneda ya acumulaba un alza superando de nuevo los $800. El encarecimiento del billete verde también empujará la inflación, que ya viene con perspectivas muy elevadas, lo que trae como consecuencia la devaluación del peso chileno. Esto, por tres razones: la mayor incertidumbre lleva a una recomposición del portafolio de activos mundiales hacia activos seguros (con salida de capitales desde Chile y mayores primas de riesgo sobre deuda chilena), la caída en términos de intercambio y la menor demanda por exportaciones chilenas debido a la menor actividad mundial.

El efecto conjunto del aumento del precio del petróleo en dólares y la devaluación del peso generará más inflación interna. Estos efectos estarán sujetos a la duración e intensidad del conflicto.

Es difícil prever la evolución del conflicto de Rusia y Ucrania y el escenario post guerra en un entorno tan cambiante y en economías aún dependientes de su situación sanitaria, donde el costo de vida alrededor del mundo ya ha aumentado marcadamente. Sin embargo, no caben dudas que si los suministros energéticos, (especialmente el petróleo), alimentarios o de otros productos básicos, se ven afectados por el conflicto, los precios podrían subir aún más y dada su importancia dentro de la cadena productiva en bienes, en servicios, en costo de transporte y de producción; puede generar una situación de estanflación mundial o, en un caso más complicado, una recesión mundial, como ha ocurrido en décadas pasadas.

Para Chile, la escalada del precio del petróleo es uno de los temas más serios, dado que nuestra dependencia de combustibles líquidos importados es de más del 95% de nuestro consumo, lo que tendrán consecuencias en la cadena productiva y en el aumento de la inflación en el mediano plazo.

En este escenario, hay riesgo para Chile de una breve estanflación -recesión con inflación- y la probabilidad e intensidad de este fenómeno dependerá de cuán violento sea este conflicto, cuánto pesen las sanciones y cuán larga sea la crisis y en un contexto en que la economía mundial se desacelere fuertemente.

Claramente la inflación será uno de los focos de atención de los mercados a lo largo de este 2022.


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