En un esfuerzo por promover una producción agrícola más amigable con el medio ambiente y la salud humana, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Rayentué ha puesto en marcha el proyecto "Optimización de la aplicación de biocontroladores de origen microbiano a través de diferentes técnicas de pulverización en cultivos agrícolas de importancia para la Región de O'Higgins".
Con el respaldo del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de O'Higgins, este proyecto busca reducir el uso de plaguicidas químicos en cultivos de tomates, lechugas y cebollas, alimentos esenciales en la dieta chilena, a través de la implementación de biocontroladores más efectivos y rentables a largo plazo.
Patricio Abarca, investigador de INIA Rayentué y coordinador del proyecto, explica que se evaluarán diferentes cepas de biocontroladores en distintas especies vegetales, tanto en invernaderos como en campos abiertos de agricultores en las comunas de Malloa y Coinco. Se probarán cuatro técnicas de pulverización, incluyendo pulverización hidráulica, neumática, electrostática y con drones, en diferentes horarios para evaluar su eficacia bajo diversas condiciones atmosféricas.
Además, en colaboración con el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF), se buscará confirmar una mayor concentración de antioxidantes en las hortalizas cultivadas con biocontroladores, en comparación con aquellas tratadas con plaguicidas tradicionales, lo que aportaría evidencia adicional sobre su calidad nutricional.
El lanzamiento del proyecto, realizado en el Salón Auditorio de INIA Rayentué, contó con la participación de más de 60 agricultores de las comunas beneficiadas, quienes recibieron un kit de aplicación de plaguicidas. Se proyecta una duración de 36 meses y una inversión cercana a los $165 millones, destinados a la adquisición y transferencia de equipamientos a los pequeños agricultores, así como a la realización de charlas, días de campo y material divulgativo.