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Con una jornada de diálogo y trabajo colaborativo, representantes de la Dirección Nacional y Regional de la Junaeb, la Seremi de Educación, FAO, el programa Elige Vivir Sano, la empresa Soser y delegados estudiantiles se reunieron para avanzar en un innovador proyecto que busca diversificar y enriquecer la alimentación escolar en establecimientos del país mediante la incorporación de algas chilenas recolectadas por mujeres algueras de la Región de O’Higgins.
Preparaciones con algas locales fueron bien recibidas
En esta segunda etapa del proyecto, se realizó un pilotaje inicial en comedores escolares abastecidos por la empresa Soser —parte del Programa de Alimentación Escolar (PAE) desde hace 30 años—, donde se ofrecieron dos recetas elaboradas con un mix de cuatro algas nacionales: calabacillo, luga, luche y cochayuyo. Las preparaciones, una croqueta mixta y una salsa boloñesa mixta, fueron bien evaluadas por estudiantes y autoridades. En la actividad participaron mujeres algueras de Navidad, chefs, nutricionistas y manipuladoras de alimentos.
Revalorización del oficio alguero y desarrollo local
Las mujeres recolectoras de Puertecillo y Matanzas, cerca de 48 en total, desempeñan un rol fundamental en la conservación de saberes ancestrales, el sustento económico de sus familias y el desarrollo sostenible de la comuna de Navidad. Equipadas con trajes de surf, botines y guantes, estas trabajadoras aportan productos de alta calidad que ahora se integran en el menú escolar.
Fomentar el consumo de alimentos locales
El gerente general de Soser, Matías Pizarro, recalcó que “es muy importante que tanto el Mineduc, como el Programa Elige Vivir Sano, las empresas y los establecimientos educacionales fomentemos el consumo de los productos locales. Así como el sushi que hoy es aceptado y consumido por todos tiene algas, acá el desafío es ofrecer preparaciones muy ricas para los estudiantes que incorporen estos productos locales”.
Aceptación estudiantil y fortalecimiento regional
Marcela Lizana, gerente del departamento técnico de Soser, destacó que “extraer de la misma localidad de Navidad en la Región de O’Higgins estos productos, y presentarlos en platos atractivos y ricos significa un gran paso también para la economía local. Pudimos apreciar que hubo una buena recepción entre los estudiantes, ahora continuará el pilotaje en distintos establecimientos de la región”.
Alimentación inclusiva y pensada para todos
El programa PAE incluye actualmente menús nutricionalmente reforzados y adaptaciones para niños con necesidades específicas. Al menos un 5% de las compras deben provenir de productores locales, incluyendo un 2,5% de Agricultura Familiar Campesina y Pesca Artesanal. Además, se mantiene una vez por semana un menú libre de productos de origen animal para estudiantes de enseñanza media.
Para quienes presentan alergias, intolerancias o condiciones que impiden consumir alimentos del comedor, existen canastas especiales. “La particularidad de hoy en día es que además de las canastas para celíacos, se crearon las canastas para alergias e intolerancias alimentarias o alguna otra condición que no permita al estudiante recibir alimentos desde el comedor del establecimiento. Ambas canastas, tanto la que es para celíacos como la de alergias e intolerancias, consta de un listado de productos que solicita la institución y se entrega comienzos de cada mes. Así las familias pueden cocinar distintas recetas en sus casas y el estudiante llevar sus alimentos preparados cada día al establecimiento”, detalló Lizana.