Aceptémoslo: en nuestro siglo la dependencia tecnología ya es una realidad, ya sea la forma en que compramos algo, realizamos algún trámite o contactamos con personas. Más aun desde el inicio de la pandemia, cuando el contacto estrecho se veía afectado y la tecnología una vez más se puso al servicio de la humanidad, creando instancias para hacer nuestro pasar más agradable y grato, reduciendo en muchos casos los niveles de estrés y ayudando en nuestro día a día.
El espectro de personas ligadas a la tecnología cada vez aumenta más. Lo que antes solía generar cierto rechazo, hoy en día es visto como una extensión de nosotros, personalizable e independiente de su edad o intereses. Aun así, existen muchas herramientas destinadas para distintos rangos etarios: tabletas para infantes, smartphones para adultos mayores, pizarras inteligentes, entre otros.
Herramientas como éstas están también diseñadas para asistir a las personas en caso de alguna emergencia o necesidad. Tomemos como ejemplo los teléfonos inteligentes y las tabletas diseñados para el adulto mayor, que poseen simplicidad de uso para ellos, tipografías más claras para asistir a la lectura y otras funciones avanzadas que el resto de los equipos tienen. Están creados para que logren ser de fácil aprendizaje, considerando que a través del tiempo la plasticidad neuronal – que, dicho de forma simple, es la capacidad de adaptarse y aprender – se ve más reducida si no tiene un correcto estímulo.
Estos equipos pueden asistir dentro de múltiples tareas al adulto mayor. Usualmente, dentro de las actividades que debemos realizar se encuentran los trámites; se estima que una persona dentro de toda su vida realiza al menos mil, siendo la mayoría de forma presencial, usualmente con tiempos de espera prolongados. El uso de estas herramientas implica una considerable reducción en dificultad y tiempos para realizar una diligencia, haciendo que los adultos mayores puedan realizar estas actividades desde la comodidad y seguridad de sus hogares.
En síntesis, las herramientas tecnológicas llegaron para quedarse, funcionan como una parte de nosotros. Con el correcto impulso hacia las personas pueden ser de gran ayuda para la gente de avanzada edad, entregando seguridad, comodidad y bienestar dentro de sus vidas.
Pablo Figueroa Palma
Docente de Ingeniería en Informática
IP Santo Tomás Rancagua