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El estrés, la ansiedad y las altas temperaturas son algunas de las causantes de que nuestro cuerpo genere sudoración. Pero un exceso de ésta puede ser signo de que se padece hiperhidrosis o sudoración excesiva, este síndrome se presenta habitualmente en zonas de mayor concentración de glándulas sudoríparas, tales como las palmas de las manos, plantas de los pies, axilas y rostro.
Una patología dermatológica
Esta patología dermatológica, que afecta entre un 2 y 3% de la población, puede presentarse tanto en hombres como mujeres, siendo más frecuente durante la edad adulta. El exceso de sudor generado por la hiperhidrosis, la cual habitualmente se manifiesta de manera localizada, no necesariamente tiene relación con el calor o el ejercicio físico, sino que también puede estar presente en actividades cotidianas e inclusive durante las horas de sueño.
Tipos de hiperhidrosis
El dermatólogo de Clínica Los Carrera, Dr. Cristián Hidalgo, explicó que “hay hiperhidrosis primaria y secundaria, dependiendo de la causa de origen. Por ello, es importante consultar con un especialista para poder definir el desencadenante, y así, descartar enfermedades de otro tipo”.
Síntomas para reconocer la hiperhidrosis
En tanto, el Dr. Hidalgo, sostuvo que si bien, sudar en exceso puede ser un indicador de la enfermedad, esto no es suficiente para detectarla. Para corroborar que los niveles de sudoración exceden lo habitual, el profesional recomienda tener en consideración los siguientes síntomas:
- La humedad de la ropa y manos genera incomodidad frente a otras personas
- Es necesario realizar una muda de prendas dos o más veces al día
- La sudoración interfiere en las actividades diarias, profesionales o recreativas
- Dificultad para establecer relaciones íntimas a causa del flujo de sudoración
- Presencia de hongos bacterias o infecciones a causa de la constante humedad de la piel
- El sudor aparece predominantemente en la noche
- Al apoyar la palma en un lugar, ésta deja una marca
El tipo más frecuente
El tipo más frecuente es la hiperhidrosis primaria, condición en la que los nervios encargados de enviar señales a las glándulas sudoríparas se hiperactivan, sin necesidad de actividad física ni aumento de la temperatura”. Además indicó que el estrés y nerviosismo, también pueden ser factores que “generan transpiración en las palmas de las manos, pies y rostro. Si bien, no existe una causa identificada para este primer tipo, si se estima que podría tener un importante componente hereditario.
Hiperhidrosis secundaria
Por otra parte, la hiperhidrosis secundaria, que es menos frecuente, se encuentra asociada a trastornos como sofocos en la menopausia, bajos niveles de azúcar, problemas de tiroides, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer, lo que aumenta la probabilidad de presentar sudor en todo el cuerpo.
¿Cómo manejar este trastorno?
El manejo de este trastorno, habitualmente, se inicia utilizando productos tópicos, como antisudorales dermatológicos. Sin embargo, “en casos más severos existen otras alternativas terapéuticas guiadas por un dermatólogo, tales como la administración de toxina botulínica (bótox), por medio de inyecciones en zonas donde se busca bloquear la producción de sudor”. Un tratamiento que, de acuerdo con el profesional, logra una disminución de los síntomas de 6 a 8 meses.