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“Sentí una felicidad enorme y me siento muy honrado de que me hayan elegido para visitarme en mi hogar. Pasé un momento muy agradable y ojalá se repita. Me encanta conversar, hacer reír y compartir una tarde grata”. Con estas palabras, Juan Alegre Toro, paciente de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Ricardo Valenzuela Sáez de Rengo, expresó su emoción tras recibir la primera visita del programa “Manos que Sostienen: Paz en Casa”.
Humanizar la atención en salud
La iniciativa busca acompañar y entregar contención a pacientes y sus familias en las etapas más difíciles de la enfermedad. Un equipo interdisciplinario visita a quienes están en cuidados paliativos, promoviendo instancias de conversación, escucha activa y apoyo espiritual, con un enfoque empático y respetuoso de la dignidad humana.
Compromiso con los pacientes
La directora del Hospital Ricardo Valenzuela Sáez de Rengo, Margarita Yercic Bravo, destacó el valor de este programa. “Es una bella iniciativa que va en total sintonía con uno de los principales lineamientos de nuestra gestión: humanizar la salud. Brindar una palabra de aliento, ofrecer una compañía grata y sincera a nuestros pacientes en momentos difíciles es fundamental. Escucharlos, estar presentes, es parte esencial de nuestro compromiso. Felicito a cada uno de los gestores de esta iniciativa, que refleja plenamente nuestros principios de humanización del cuidado”, señaló.
Una experiencia transformadora
Desde la Oficina de Gestión de la Satisfacción Usuaria, Margarita Correa Avendaño resaltó la vivencia: “Fue una experiencia muy linda, porque nos permitió brindar acompañamiento, con un enfoque cercano, humano y espiritual. Compartimos una tarde significativa que incluyó conversación, escucha activa, momentos de alegría y el valioso testimonio de un paciente con una enfermedad complicada, pero con muchas ganas de vivir. Su nombre, Juan Alegre, refleja perfectamente su actitud ante la vida. Fue un aprendizaje mutuo: él nos enseñó que, a pesar de las dificultades, la vida continúa y hay que seguir adelante con esperanza y alegría”.
El valor de vivir con esperanza
En la misma línea, Paula Zawadzki, presidenta del Consejo de Desarrollo del hospital, subrayó: “Fue una experiencia muy emocionante y conmovedora. Uno piensa que en una visita así, se encontrará con un paciente decaído, pero nos encontramos con un ser humano positivo, encantador, con muchas ganas de vivir. Alegre, como su nombre lo indica, su actitud llamó profundamente la atención de todos. Nos hizo enfrentarnos a la realidad de que sí existen personas que, aún con una enfermedad complicada, eligen vivir con alegría y enfrentan la muerte con una disposición admirable”.
Equipo comprometido
En la primera jornada participaron la Dra. Camila Olivares, la enfermera Loreto González y la Dra. Valentina Almarza de la Unidad de Cuidados Paliativos; Marilyn Campos y Jorge Campos de la Unidad de Acompañamiento Espiritual; además de Paula Zawadzki y Margarita Correa. Con este esfuerzo, el Hospital de Rengo reafirma que la salud se construye también desde la cercanía, el respeto y la humanidad.