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Servir al prójimo con tiempo, contención y amor es la misión de los distintos voluntariados que operan en el Hospital Ricardo Valenzuela Sáez de Rengo. Las Damas de Rojo, Damas de la Esperanza, Damas de Verde y la Unidad de Acompañamiento Espiritual cumplen un rol fundamental al ser un nexo entre el centro de salud, los pacientes y sus familias.
Reconocimiento a su labor altruista
El director(s) del hospital, Dr. Carlos Guzmán, expresó su gratitud hacia los voluntariados por su compromiso incondicional. “No solo donan su tiempo y recursos, sino que también son un apoyo esencial para el personal de salud. Su contención emocional y espiritual es vital en situaciones complejas, como las enfermedades terminales”, destacó.
Unidad de Acompañamiento Espiritual
Desde septiembre de 2023, el hospital cuenta con la Unidad de Acompañamiento Espiritual, conformada por 70 personas de distintas iglesias. Nicole Moreno, encargada de la Oficina de Enlace, explicó que este servicio se activa a solicitud del paciente o su familia, facilitando apoyo acorde a sus creencias religiosas.
50 años de servicio de las Damas de Rojo
La presidenta de la filial Rengo, Liz Olivares, subrayó el compromiso de su organización, que cumplió medio siglo de servicio en 2023. “Es un orgullo formar parte del Consejo de Desarrollo y el Comité de Humanización. Nos emociona seguir brindando contención, cariño y útiles de aseo a quienes lo necesitan”, comentó.
La dedicación de las Damas de la Esperanza
Lilian Canales, presidenta de las Damas de la Esperanza, valoró la oportunidad de reactivar su labor tras la pandemia. “Llevamos 23 años ayudando en el hospital. Antes del COVID-19 asistíamos directamente a los pacientes, y hoy colaboramos facilitando el ingreso de visitas, además de seguir entregando contención y apoyo espiritual”, indicó.
La vocación de servicio de las Damas de Verde
Daniela Maureira, coordinadora de las Damas de Verde, expresó su satisfacción por el reconocimiento recibido. “El hospital nos ha abierto las puertas y ha sido una bendición. Poder acompañar a quienes enfrentan enfermedades graves, orar con ellos y sus familias, es un privilegio”, concluyó.