El temor se apoderó de Wall Street este viernes 10 de marzo luego de que el Silicon Valley Bank (SVB) sufriera una quiebra inesperada, lo que provocó una caída mundial del mercado bursátil y una preocupación por la posibilidad de una crisis bancaria más amplia. Las acciones de la empresa matriz de Silicon Valley, SVB Financial, cayeron más del 60% durante la semana, lo que llevó a los reguladores a tomar el control del banco.
La compañía, que prestaba servicios al sector que rodea a las empresas en creación (Startup), estaba tratando de recaudar dinero en efectivo para aliviar una crisis. Si bien los analistas han dicho que su situación era relativamente única, la noticia aumentó las preocupaciones sobre quién será el próximo en caer en bancarrota bajo el peso del alza en las tasas de interés.
Los inversores en la Bolsa de Valores de Nueva York se mostraron preocupados por la inflación, que ha resultado difícil de controlar. Los mercados han estado nerviosos debido a la preocupación de que la elevada inflación obligue a la Reserva Federal a reacelerar sus alzas de las tasas de interés. Estos aumentos pueden reducir la inflación al desacelerar la economía, pero provocan descensos en los precios de las acciones y otras inversiones. También hacen que aumente el riesgo de que ocurra una recesión más adelante.
La publicación de un informe que mostró que los aumentos salariales de los trabajadores se están ralentizando y dio otros indicios que Wall Street quiere ver de un enfriamiento de las presiones inflacionarias no logró aliviar las preocupaciones de los inversores. El S&P 500 cayó un 1,4%, coronando su peor semana desde septiembre. El promedio industrial Dow Jones cayó 345 puntos, o 1,1%, y el compuesto Nasdaq descendió 1,8%. Algunas de las caídas más pronunciadas del mercado se produjeron de nuevo en el sector financiero, donde las acciones se hundieron por segundo día consecutivo.
A pesar de estas caídas en el mercado bursátil, los bancos más grandes resistieron mejor debido a las pruebas de estrés a las que fueron sometidos por los reguladores después de la crisis financiera de 2008. JPMorgan Chase subió un 2,5%, mientras que los bancos regionales registraron las mayores pérdidas. First Republic Bank se desplomó un 14,8% y presentó una declaración ante los reguladores para reiterar sus “sólidas posiciones de capital y liquidez”.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó de 3,91% a 3,69%, lo que fue un movimiento brusco para el mercado de bonos. Estas tendencias significan que los operadores están retractándose de las apuestas de que la Reserva Federal volverá a aplicar un alza de 0,50 puntos porcentuales a finales de este mes. Ahora apuestan mayoritariamente por un alza más modesta de 0,25 puntos, según CME Group. En general, la semana ha sido una señal de alerta para los inversores y los reguladores, y ha generado preocupación por la posibilidad de una crisis bancaria más amplia en el futuro.