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El delito de robo de cables continúa impactando gravemente a las instalaciones y clientes de CGE, la compañía distribuidora que presta servicio a más de 3,2 millones de clientes en las regiones de Arica y Parinacota hasta La Araucanía.
En la Región de O’Higgins, aunque el delito ha disminuido en comparación con 2023, durante el primer semestre de este año 2024 se han contabilizado 24 eventos de robo, que representan un total de 2.500 metros de cables sustraídos.
58,3 kilómetros de cable de cobre a nivel nacional
A nivel nacional, entre enero y junio de 2024, la distribuidora registró 192 episodios de robo de cables en sus instalaciones, abarcando tanto redes de media y baja tensión como instalaciones de transmisión de energía. Esto ha resultado en el robo de 58,3 kilómetros de cable de cobre, lo que equivale a más de 9 toneladas de cobre sustraído por bandas delictuales, afectando a 88.839 clientes que vieron interrumpido su suministro eléctrico.
Robo de cables y crimen organizado
Francisco Jaramillo, subdirector de operaciones de CGE, señaló que la acción de estas bandas delictuales, que cuentan con material y personal especializado, es una clara señal de su asociación con el crimen organizado.
“El robo de cables sigue siendo un problema relevante en la calidad del suministro y hoy, a diferencia de hace unos años, está fuertemente asociado al crimen organizado. Estas son bandas delictuales que cuentan con modus operandi desarrollados y que se van moviendo entre las regiones, buscando donde pueden cometer estos delitos y causar el mayor daño. Asimismo, cuentan con una organización que también les permite reducir el cable robado, lo que financia otros delitos”, comentó Jaramillo.
Valorización del cable de cobre robado
La valorización del cable de cobre robado en el primer semestre supera los 150 millones de pesos, mientras que el costo total de reposición de la infraestructura dañada alcanzó los 842 millones de pesos.
En 2023, CGE registró 1.223 eventos de robo de cable a lo largo de su zona de concesión, con 196 kilómetros de líneas robadas (195.870 metros) de conductor eléctrico sustraído desde sus instalaciones. Estos robos resultaron en daños o destrucción de postes, transformadores, cables y otra infraestructura clave para suministrar el servicio eléctrico.
Daño en la calidad y continuidad del servicio eléctrico
“El perjuicio que provocan estas bandas delictuales no es solo a la infraestructura, sino también a la calidad y continuidad del servicio eléctrico para miles de clientes a lo largo de la zona de concesión de CGE. Es necesario que las autoridades, en todos los niveles, tomen acciones para combatir a estas bandas. En el caso de CGE, la compañía realiza denuncias ante el Ministerio Público y las policías cuando ocurren estos casos, y también hemos interpuesto querellas para perseguir a los responsables”, concluyó Jaramillo.