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El cambio climático está generando retos significativos para la industria vitivinícola chilena. Así lo señaló Yerko Moreno, director del Centro Tecnológico de la Vid y el Vino de la Universidad de Talca, quien destacó los efectos del clima en los últimos años sobre los viñedos del país.
Incertidumbre en la producción y manejo
Según Moreno, las últimas cinco o seis temporadas han sido completamente diferentes entre sí, lo que genera incertidumbre en los productores al momento de planificar prácticas agronómicas y estimar rendimientos. Este panorama dificulta la estabilidad en la producción y exige estrategias más flexibles para adaptarse a los cambios.
Impactos en la temperatura y el agua disponible
El especialista también resaltó que las modificaciones en la temperatura y la disponibilidad de agua han llevado a cambios en las prácticas de manejo agronómico. Esto obliga a la industria a implementar un proceso de adaptación en varias etapas: diversificar las formas de manejo, cambiar las variedades de uva y, eventualmente, relocalizar viñedos en nuevas zonas productivas, aunque esta última fase podría tardar entre 50 y 70 años.
Alteración de los ciclos y su impacto en la calidad
Las alteraciones en los ciclos de brotación, floración y maduración varían según las zonas productivas. Moreno ejemplificó que, en algunas regiones del norte, la cosecha de uvas para espumante, que tradicionalmente ocurre en febrero, ahora se realiza en enero. Además, el aumento de las temperaturas está generando cambios en la composición de la fruta, resultando en vinos con mayor contenido alcohólico y menor acidez, lo que puede complicar su aceptación entre los consumidores.
Un problema global con desafíos locales
Aunque el cambio climático afecta a todas las regiones vitivinícolas del mundo, el caso de Chile presenta particularidades. La reducción de la superficie dedicada al vino obedece principalmente a factores comerciales, según Moreno. “Nuestro país deberá replantear su estrategia, priorizando vinos blancos sobre tintos y ajustando la superficie plantada si las ventas no crecen en los próximos años”, concluyó.
La necesidad de un cambio sostenible
Frente a este escenario, la industria vitivinícola chilena deberá implementar innovaciones en manejo, variedades y estrategias comerciales para seguir destacando en un mercado global cada vez más competitivo y afectado por el cambio climático.