Conaf O’Higgins advierte alto riesgo de desertificación en el país

Este lunes 17 de junio se conmemoró el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, efeméride establecida por Naciones Unidas en 1994 para visibilizar uno de los problemas ambientales más graves a nivel global. En este contexto, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) alertó sobre la preocupante situación del territorio nacional, donde la desertificación y la degradación del suelo ya afectan a millones de personas.

Chile enfrenta una grave amenaza ambiental

El director regional de la Conaf, Oscar Galdames, explicó que la desertificación afecta principalmente desde la Región de O’Higgins hacia el norte, abarcando zonas con pérdida progresiva de suelo fértil y vegetación. Este fenómeno implica la disminución de la capacidad productiva del terreno, lo que favorece la expansión del desierto y afecta a sectores clave como la agricultura y la ganadería.

Aunque existen causas naturales, el avance de la desertificación en Chile está fuertemente ligado a actividades humanas como el cambio climático, la deforestación, la agricultura intensiva, la sobreexplotación de recursos naturales, la contaminación del agua y la erosión eólica.

Millones de personas impactadas en el país

Según el Reporte Nacional de Degradación de las Tierras, presentado por Chile ante la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), el 79,1% del territorio nacional —unas 59.863.662 hectáreas— presenta riesgo de degradación de la tierra en distintos grados. Esto impacta a cerca de 12.064.099 personas, es decir, al 67,1% de la población del país.

En términos de desertificación específica, un 23% del territorio nacional —16.379.342 hectáreas— enfrenta algún grado de riesgo, afectando a más de 6,8 millones de personas.

Estrategias de Conaf para frenar la desertificación

Ante esta realidad, Conaf desempeña un papel fundamental en la lucha contra la desertificación mediante acciones concretas. Entre sus medidas destacan programas de forestación y reforestación, control de la erosión del suelo y desarrollo de prácticas de manejo sostenible.

También se promueven actividades de educación y sensibilización ambiental, monitoreo y diagnóstico de áreas en riesgo, y cooperación internacional. En este ámbito, Conaf participa en iniciativas impulsadas por la UNCCD y colabora en la estrategia nacional de recursos hídricos del Ministerio de Agricultura. Asimismo, trabaja en la conservación de ecosistemas nativos y la rehabilitación de suelos salinos y áridos.

Impactos sociales y económicos de la degradación de tierras

Galdames advirtió que este fenómeno no solo representa una amenaza ecológica, sino también social y económica. La pérdida de biodiversidad, el deterioro de la producción agrícola, el aumento de la pobreza y el éxodo rural son algunas de las consecuencias más visibles. Por ello, llamó a reforzar las políticas públicas y la conciencia ciudadana frente a un problema que afecta a todo el país.

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