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“Felicitamos a los titulares del SHAC Peumo-Pichidegua-Las Cabras que, luego de un año de tramitaciones y 3 comparendos, lograron la constitución de esa CAS en el tribunal de San Vicente con un 62% de los DAA representados y ahora inician el trámite de registro en el CPA de la DGA”, escribe Graciela Correa, gerente de la Federación de Juntas de Vigilancia de la VI Región, para celebrar la creación de esta importante comunidad.
Estas felicitaciones recibidas por la nueva comunidad de aguas subterráneas Peumo-Pichidegua-Las cabras, son una señal de respaldo a la creación de este importante SHAC, o sea un Sector Hidrogeológico de Aprovechamiento Común.
Esta comunidad abarca los acuíferos incluidos en el espacio natural de almacenamiento subterráneo de agua de Peumo, Pichidegua y Las Cabras, según el Reglamento de Aguas Subterráneas de 2013. En este contexto, la Federación de Juntas de Vigilancia de la VI Región ha promovido la constitución de estas nuevas Comunidades.
La primera misión encargada a Juan Enrique Sánchez fue explicar a los agricultores las ventajas de ser parte desde el inicio del proceso de constitución de CAS, hasta ahora bastante desconocida para muchos. Y además entusiasmarlos a participar en la nueva Comunidad de Aguas Subterráneas.
Para Sánchez, elegido presidente provisorio de la Comunidad de Aguas Subterráneas (CAS), de Peumo-Pichidegua-Las Cabras, su experiencia fue como la de ingresar a una realidad nueva, dado que el concepto de "Comunidad" no estaba asociado a aguas subterráneas por los propios agricultores.
Hasta antes de la constitución de esta nueva institucionalidad, cada agricultor se hacía cargo de sus pozos en forma individual, tanto de su construcción como de su administración.
Comunidad protegida
La nueva reglamentación que regula las CAS persigue que estén bien organizadas y sean eficientes para proteger y desarrollar los acuíferos, y evitar las extracciones ilegales.
La Comunidad puede coordinar las extracciones de agua consensuadas en tiempos de sequía. También tiene el objetivo de alimentar las napas subterráneas a través de proyectos estratégicos apoyados en análisis, estudios y tecnología de punta que cuenten con financiamiento estatal.
El primer desafío para Sánchez y los primeros participantes, fue contactar a la mayor cantidad de agricultores posible, para llevar a cabo este paso, esta transición, de lo "individual a lo comunitario", una idea que cambia la gestión de los pozos.
Con el apoyo de la Federación de Juntas de Vigilancia de la Sexta Región, crearon fichas explicativas de todo el proceso para comenzar a enviar a todos los agricultores usuarios de aguas subterráneas registrados o conocidos.
También contactaron en forma personal a los dirigentes de las 20 empresas más grandes para solicitarles que pusieran los fondos legales para iniciar las gestiones.
Alta participación
“La respuesta de los agricultores y empresas fue excelente. Entendieron rápidamente la urgencia y la necesidad de crear la Comunidad de Aguas Subterráneas. También pusieron con rapidez los fondos iniciales requeridos con los que se contrató al abogado Manuel Cuadra, que hizo un gran trabajo”, explica el presidente Sánchez.
El proceso funcionó. Crearon un primer reglamento que fue presentado al resto de los participantes, que hicieron cambios menores y fue aprobado sin dificultad. Nombraron a los directores incorporando a representantes de todos los sectores, tanto de la agroindustria tanto como de pequeños agricultores. También participó un representante de las APR de la zona.
Los regantes saben que ante los nuevos desafíos climáticos sería peligroso seguir atrasando la formación de comunidades de aguas subterráneas, dejando a la deriva su administración.
También la falta de estas organizaciones merma la posibilidad de obtener fondos del gobierno para proyectos de pozos y aguas subterráneas. Por otro lado, compromete el liderazgo sobre las aguas subterráneas debilitando la administración de los usuarios directos que utilizan este valioso recurso.
Por último, también afectará la disponibilidad futura de agua subterránea para los usuarios legales, que no tendrán ninguna herramienta efectiva de control y sanción para combatir las extracciones ilegales, que según se sabe son ya bastantes.
Estado de la tramitación
La nueva Comunidad presentó a la DGA una copia autorizada del acta del último comparendo (23.05.2024) realizado en la causa sobre constitución de la
Comunidad de Aguas Subterráneas sector Peumo-Pichidegua-Las Cabras, para cumplir con el Tribunal, en el sentido de solicitar el informe de este servicio público acerca de este proceso.
La última etapa en este proceso consiste, después del informe que elabora la DGA, la presentación al Tribunal, para que dicte sentencia, en aproximadamente 6 meses.
Una vez aprobada la tramitación por la DGA, la flamante Comunidad puede comenzar a operar normalmente.
Manuel Cuadra, abogado, asesor para el proceso de constitución de la CAS Peumo-Pichidegua-Las Cabras.
“Hay mucho interés en participar en las CAS”
“Hay que aprovechar el interés de los usuarios de aguas en participar para poder conformar estas comunidades de aguas. Es conveniente que se valore este esfuerzo por participar. Así se establece un orden de los sectores de aprovechamiento común o SHAC, que sirve no solo para ayudar a la autoridad a establecer el control.
También es una herramienta para situaciones de emergencia, como la de nuevas situaciones de extrema escasez de los acuíferos y allí los propios usuarios pueden jugar un rol clave en cuanto a establecer un orden para distribuir y redistribuir los escasos recursos que estén disponibles”.
Cuadra también destaca la experiencia acumulada en las organizaciones de usuarios: “Hay que valorar la gran tradición centenaria que existe en Chile de participación de los agricultores y usuarios de aguas de riego en la gestión del recurso hídrico. No me cabe duda que algo similar va a suceder con la organización de las aguas subterráneas”.