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Con encuentros en las comunas de Coinco, Olivar y Coya (Machalí), el proyecto de investigación patrimonial “Tesoros del Río Cachapoal” comenzó su ruta por la región de O’Higgins, con el propósito de redescubrir la identidad local y fortalecer el patrimonio vivo presente en los oficios, saberes y relatos de las comunidades ribereñas.
Primeros encuentros con la comunidad
La iniciativa, financiada por el Fondo del Patrimonio Cultural 2024 del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, inició su itinerancia con reuniones e instancias de diálogo en Olivar, Coinco y Coya. Estas actividades permitieron dar a conocer el proyecto y recoger valiosas impresiones de actores locales y organizaciones comunitarias, quienes aportaron desde su experiencia y arraigo territorial.
Cartografía participativa con escuelas y vecinos
Una de las etapas más significativas del proceso se vivió en las escuelas El Rulo de Coinco, Nuestra Señora de la Merced en Olivar Bajo y el Colegio Bellavista de Coya. Niños, niñas, docentes y vecinos participaron en jornadas de cartografía participativa, donde construyeron mapas afectivos que trazaron lugares emblemáticos, memorias y costumbres locales.
“El patrimonio no está solo en los museos, también vive en las palabras de una abuela, en un oficio que persiste, en un lugar que guarda recuerdos”, explicó Pablo Peña, docente de la Universidad de O’Higgins y director del proyecto. “Queremos poner en valor ese patrimonio cotidiano que muchas veces pasa desapercibido”.
Educación y memoria como herramientas de transformación
Cristián Donoso, encargado de contenidos didácticos, señaló que cada actividad se diseñó para vincularse con los planes educativos de las escuelas participantes. “Integramos historia, geografía y arte desde una metodología participativa que incentiva la memoria activa y el pensamiento crítico en niños y niñas”, indicó.
Participación activa y colaboración territorial
Desde el ámbito social, Catalina Cuadra, encargada de participación ciudadana, valoró el entusiasmo de los habitantes. “Ha sido emocionante ver cómo las personas se apropian del espacio y comparten lo que son. Este proyecto no viene a enseñar desde afuera, sino a construir en conjunto con quienes viven y cuidan el territorio cada día”.
Pilar Moraga, encargada territorial del estudio, resaltó la importancia de la vinculación con las comunidades: “Uno de los grandes logros ha sido conectar a distintos actores del territorio en torno a un relato común. Nos hemos dedicado a facilitar esos encuentros y asegurar que cada comunidad sienta que su historia importa”.