Si se trata de cuidar y potenciar nuestra salud, sin duda el deporte es uno de los grandes aliados. Justamente por eso la Organización Mundial de la Salud recomienda hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana si se quiere mantener una condición saludable. Aún así, un amplio porcentaje de los chilenos no practica ningún tipo de deporte. De hecho, un reciente estudio global de Ipsos aseguró que Chile es el cuarto, de un total de 29 países, que menos horas de actividad física realiza a la semana (3,7 horas), estando por debajo del promedio mundial (6,1 horas) y sólo superando a Italia, Japón y Brasil.
Adoptar una vida sedentaria
Un punto clave dentro de estos resultados son las razones para adoptar una vida sedentaria. En ese sentido, el 46% de los chilenos alude a la falta de tiempo, motivo que supera ampliamente a otros como las pocas instalaciones en la zona donde vive (21%), la escasez de dinero (14%), o el no tener conocidos con los cuales compartir momentos deportivos (11%).
En este escenario, y considerando lo crucial que es la práctica deportiva para la salud, los expertos coinciden en que el mejor camino es “incorporar dentro de nuestra rutina acciones que involucren movimiento y ejercicio. La caminata es una buena alternativa, pero dada su eficiencia como medio de transporte, la bicicleta es una mejor opción. Más aun considerando que las alternativas eléctricas, con pedaleo asistido, permiten recorrer largas distancias sin necesidad de realizar una actividad demasiado intensa”, aseguró Juan Francisco Maureira, Director de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Central, añadiendo que “las e bikes son un facilitador para dejar atrás una rutina sedentaria. El trabajo cardiovascular se realiza de buena forma y en la medida que vamos mejorando nuestro rendimiento, o si un día estamos menos cansados, podemos disminuir la asistencia eléctrica y acercarnos más a la opción mecánica”.
Una bicicleta eléctrica
Esa postura es compartida por Juan Ignacio Guldman, gerente de operaciones de Völmark, quien comenta que “muchos llegan buscando una bicicleta eléctrica porque no cuentan con entrenamiento suficiente como para afrontar todos los traslados del día en bicicleta tradicional, sin embargo, quieren llevar una rutina más saludable y, al mismo tiempo, promover la sustentabilidad evitando el uso del automóvil”. En ese sentido, el ejecutivo recalcó que las e bikes no son sinónimo de no hacer deporte, “sin ir más lejos, un estudio llevado a cabo en siete países europeos concluyó que quienes utilizaban una bicicleta eléctrica superaban a los ciclistas de bicicletas tradicionales en términos de ejercicio total cada semana”. Estas ventajas han impulsado un auge de la industria sin precedentes, con proyecciones de un aumento de ventas de e bikes en torno al 30% durante 2022 “y con la irrupción de nuevos modelos que rompen el paradigma usual que conocemos, y dan la opción de pedalear con nuestros niños, despachar mercaderías e incluso montar una heladería móvil”.
En cuanto al impacto concreto en la salud, el académico de la Universidad Central aseguró que “cualquier ejercicio físico sistemático beneficiará siempre nuestro organismo. En particular, el uso de la bicicleta ha demostrado disminuir las probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas y diabetes de tipo 2. Además, diversas investigaciones muestran que además favorece las funciones cognitivas, el sistema inmunológico, disminuye el estrés, incrementa la expectativa de vida y reduce los efectos del Parkinson, entre varios otros efectos positivos”.