La pandemia presentó un gran desafío para el sistema escolar: no perder ningún estudiante. Ante este escenario, Fundación Educacional Oportunidad detectó en 2020 que alrededor de un 20% de niños y niñas de educación inicial (prekínder y kínder) no participaban ni en las experiencias de aprendizaje virtuales ni en aquellas que las escuelas les enviaban a sus casas -de manera virtual o impresas- y eso podría provocar una posterior exclusión escolar, que es entendida como un distanciamiento progresivo del estudiante con la escuela por diferentes motivos.
Así, nació la propuesta de cambiar la mirada de asistencia por el concepto de “participación”, que contempla las diversas modalidades de involucramiento de los niños y niñas. Ya no se trata de registrar solamente la asistencia presencial, sino que, además, registrar la participación en las experiencias de aprendizaje, ya sean sincrónicas (se hacen al mismo tiempo junto a la educadora de párvulos) o asincrónicas (son realizadas de manera independiente y se envían posteriormente para revisión y retroalimentación).
Yanira Aleé, jefa del programa de Asistencia de Fundación Educacional Oportunidad, explica que “según la realidad de nuestras escuelas, el año 2020 fue 100% de educación remota, principalmente a través de actividades asincrónicas, es decir, actividades que se enviaban a la casa a través de WhatsApp por ejemplo, las cuales eran realizadas por los niños y niñas en diferentes horarios. Recién en el 1er semestre de 2021, alrededor del 70% de las escuelas incorporó clases virtuales y con el cambio a fases 3 y 4, en el segundo semestre, recién algunas escuelas comenzaron con presencialidad”.
Para facilitar ese proceso, Fundación Educacional Oportunidad creó un sistema de registro que permite medir la participación de cada uno de los niños y niñas, no solamente en forma presencial, sino que también a través del involucramiento en experiencias de aprendizaje, ya sean sincrónicas o asincrónicas.
“Este sistema de registro funciona tanto en presencialidad como en sistema educativo híbrido o remoto, que es lo que se está viviendo este segundo semestre. Permite registrar si el niño o niña estuvo presente y también si en los días de la semana participó desde la casa en una clase virtual o realizando alguna actividad enviada desde la escuela o el jardín”, recalca Yanira Aleé.
El resultado del registro es un reporte interactivo que contiene un gráfico que se actualiza semanalmente de forma automática con información sobre cuántos niños y niñas cumplen la meta de participación y el porcentaje de niños y niñas según el tipo de participación: presencial, remota sincrónica o remota asincrónica.
Javiera Sotomayor, coordinadora del área Mejora Continua y Evaluación de Fundación Educacional Oportunidad sostiene que “este sistema permite que las escuelas logren de una manera eficiente el análisis de los datos. En este caso sobre la participación de sus estudiantes, a través de la explotación de la información por medio de distintas tecnologías que en la actualidad constituyen los estándares básicos para mejorar las prácticas y ayudar a las organizaciones en la toma de decisiones”.
El desafío para lo que queda del año será que las escuelas activen el comité de vinculación, para identificar las causas de la no participación, proponer una intervención particular para cada niño y niña que no esté participando y hacer un seguimiento para ver si esa intervención consigue que su participación aumente progresivamente.