Justicia para todos

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Cada vez que ocurre un lamentable crimen, la frase más recurrente en los medios de comunicación y en redes sociales es, ¡justicia para x! Frase que tiene una lógica, ya que cualquier ser humano quiere y desea que la justicia opere a favor de quienes son víctimas de un hecho tan terrible y en contra de quienes son los responsables.

Sin perjuicio de ello, y dado los hechos acontecidos en las últimas horas, probablemente a muchos les ha generado ruido, que la justicia exigida nunca puede ni debe ser a cualquier precio, que esa justicia buscada necesita tiempo, precisión, responsabilidad, acuciosidad y objetividad. Ello porque si no esa justicia querida y exigida por el pueblo, pasa rápidamente, en un par de días u horas, a transformarse en una injusticia.

Cuando se habla de que toda persona debe presumirse inocente durante una investigación, ello implica, primero que es necesario investigar un tiempo prudente; y segundo que esa presunción de inocencia puede ser derribada, justamente por la conocida y muchas veces exigida, “prisión preventiva”, que no es otra cosa que privar de libertad a alguien mientras se investiga si es, o no es, responsable de un delito.

Lo que dicho así, suena más fuerte de lo que se cree, pero así como suena, para que esta privación de libertad sea justa y proporcional, deben existir antecedentes, primero, de que se cometió un delito, y segundo, de que esa persona que se pretende privar de libertad, lo cometió. Antecedentes que aunque constituyan también una presunción y no una certeza, sean tan potentes que permitan a un juez, de forma excepcional, preferir esa presunción por sobre la de la inocencia, y estimar que la persona debe perder su libertad mientras se investiga.

En base a lo anterior, toda persona que pide justicia está en su derecho de hacerlo, pero probablemente también, quisiera justicia para él mismo, sobre todo si alguna vez, se le acusa de algo que no hizo, un robo, un hurto, una amenaza a un vecino, y que esa justicia se funde en antecedentes que sean veraces, potentes y certeros, tan certeros, que permitan implicar alguna restricción en sus vidas, ya que esa es la justicia para el caso concreto y no el ajusticiamiento de una persona por lo que pide un grupo en redes sociales, que no han tenido ni probablemente tendrán, la oportunidad de conocer los antecedentes, más que por lo que otros han contado en las mismas redes.

En definitiva no tiene nada de malo exigir justicia para alguien o en contra de alguien, es un sentimiento humano y natural, siempre que se sepa a ciencia cierta qué es lo que significa para todos.

Héctor Benavides Silva
Juez de Garantía de Rengo