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13 de julio día internacional del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad

En 1992 la OMS y la clasificación internacional de enfermedades reconocen el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)  como una enfermedad clínica y lo ubican en el grupo de los trastornos del comportamiento y de las emociones, cuyo inicio se da en la infancia o la adolescencia, sin embargo son muchos adultos que también lo padecen ya que repercute durante toda la vida.

Este trastorno abarca un rango más amplio que solo la dificultad para concentrarse. “El TDAH se caracteriza principalmente por tres aspectos clave: problemas de atención, impulsividad e hiperactividad, que pueden coexistir y combinarse con factores personales", explicó Alejandra Rojas, psicóloga del Centro Médico Cetep, red de Salud y Bienestar.

Mientras que los colegios cuentan con estrategia inclusiva del sistema educacional, en el mundo laboral la realidad es diferente, según el último test de Salud Mental del Centro Médico Cetep casi el 80% de los 7.300 encuestados que están en edad activa laboralmente presentan síntomas de TDAH.

¿Cómo afectan los síntomas del TDAH el desempeño laboral?

La hiperactividad, la inatención y la falta de organización son síntomas que pueden interferir con la capacidad de un empleado para mantenerse enfocado en tareas específicas, seguir instrucciones o completar proyectos dentro de los plazos establecidos. Esto puede resultar en errores frecuentes, una disminución de la productividad y dificultades para mantener el ritmo de trabajo del equipo. Además, los empleados con TDAH pueden enfrentar desafíos en la gestión del tiempo y la organización personal. 

Estrategias para mejorar el desempeño laboral

A pesar de los desafíos, existen varias estrategias que pueden ayudar a mejorar el desempeño laboral de los empleados con TDAH:

Diagnóstico temprano: El TDAH aún está infradiagnosticado en adultos por lo que si presentas algún síntoma como problemas de atención, control de impulsividad o hiperactividad es importante consultar con un especialista que te ayude a lidiar de mejor manera este trastorno.

Establecer rutinas y estructuras: Crear una rutina diaria y establecer estructuras claras puede ser beneficioso para mantener el enfoque y la organización. Utilizar herramientas como agendas, listas de tareas y recordatorios visuales puede ayudar a mantenerse al día con las responsabilidades laborales.

Minimizar distracciones: Identificar y minimizar las distracciones en el entorno de trabajo puede ser útil. Esto puede incluir utilizar auriculares para bloquear el ruido.

Buscar un espacio de trabajo tranquilo o utilizar aplicaciones y extensiones de navegador que bloqueen el acceso a sitios web no relacionados con el trabajo.

Utilizar técnicas de gestión del tiempo: Emplear técnicas como la técnica Pomodoro, que consiste en trabajar en intervalos de tiempo específicos seguidos de descansos cortos, puede ayudar a mantener la concentración y aumentar la productividad.

Comunicarse abiertamente con el equipo: Informar a los colegas y al empleador sobre el TDAH puede permitir una mejor comprensión y apoyo en el entorno laboral. Comunicar las necesidades específicas y solicitar adaptaciones razonables, como plazos flexibles o estructuras de trabajo modificadas, puede facilitar la gestión del TDAH en el trabajo.

Buscar apoyo externo: Si es necesario, buscar el apoyo de profesionales especializados en el tratamiento del TDAH, como psicólogos o terapeutas ocupacionales, puede proporcionar estrategias adicionales para gestionar los síntomas y mejorar el desempeño laboral.


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