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Más allá de la típica caracterización de los sonámbulos caminando dormidos y con los brazos estirados hacia adelante, lo cierto es que se trata de uno de los trastornos del sueño que debemos conocer y desmitificar, sobre todo si le ocurre a nuestros niños. Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, un 17% de los menores son sonámbulos en mayor o menor medida. Aquí, Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Bupa Santiago y especialista en Medicina del Sueño, nos cuenta cuáles son sus principales síntomas.
¿Qué es el sonambulismo?
"El sonambulismo es una enfermedad que es más común durante la niñez y suele desaparecer durante la adolescencia. Suele manifestarse entre una y dos horas después de dormirse por la noche y raramente incluye comportamientos anormales, como bajar escaleras o salir de la casa", sostiene la especialista.
¿cómo lo identificamos?
De acuerdo a lo que explica la doctora Benavides, los síntomas del sonambulismo se caracterizan por:
- Levantarse y caminar.
- Abrir los ojos durante el sueño.
- Hablar dormido y decir frases inconexas y sin sentido.
- Tener expresión facial ausente.
- Tener una actitud agresiva si alguien lo despierta.
- No recordar el episodio al salir de él.
- Manifestar confusión y desorientación al despertar.
El mito de despertar a los sonámbulos
Lo primero, es aclarar que no es peligroso despertar a una persona que sufre de sonambulismo, por lo que si vemos a un niño en una actitud de riesgo es mejor interrumpir su sueño. "Es un mito que a los sonámbulos no se los debe despertar. No es riesgoso hacerlo. Pero más allá de eso y con el propósito de evitar lesiones, es conveniente tomar ciertas medidas de seguridad, como mover objetos, cables eléctricos o muebles, de manera de reducir riesgos de caídas, además de bloquear los accesos a las escaleras", explica la neuróloga.
¿Cómo detectar el sonambulismo?
Por lo general, para detectar el sonambulismo no es necesario realizar ningún tipo de examen, aunque si ocurre con frecuencia, es posible que el especialista a cargo decida recurrir a algún tipo de método diagnóstico para descartar otros trastornos, como epilepsia por ejemplo.
"En la mayoría de los casos no es preciso realizar un tratamiento para combatir el sonambulismo. En niños, es recomendable evitar que se vayan a dormir demasiado cansados, reducir factores de estrés que puedan afectarlos y tener una buena higiene de sueño, con horarios establecidos y sin uso de pantallas por lo menos dos horas antes de acostarse", plantea la experta en sueño.