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Lavado constante de manos, uso de alcohol gel y una desinfección de los artículos personales se han transformado en medidas de prevención claves para evitar el contagio de COVID-19. Este tipo de acciones deben ser aplicadas con más frecuencia e intensidad en los centros de salud, y es así como en el Hospital de Lolol esta importante misión recae en el equipo de Servicios Generales, quienes han reforzado sus protocolos de limpieza y desinfección.
Adaptarse a nuevas exigencias
La jefa de Servicios Generales del Hospital de Lolol, Karen Cifuentes, detalla cómo han debido adaptarse a estas nuevas exigencias afirmando que "en general, todas las funciones de los auxiliares de servicio han aumentado durante la pandemia. Ya que se ha intensificado la frecuencia y la prolijidad para realizar cada actividad. Se han tenido que capacitar, adaptar al uso de los elementos de protección personal, han comenzado a utilizar otros insumos para limpieza y desinfección, dedicando mucho tiempo a otras áreas de uso frecuente, por ejemplo la sala de toma de muestras de PCR, en los operativos de búsqueda activa y realizar los aseos terminales correspondientes para prevenir contagios".
Agotamiento físico y estrés
Karen también revela que "el mayor desafío ha sido la adaptación al nuevo sistema de trabajo lo que dificulta aún más desarrollar sus funciones. No se puede dejar de nombrar, también el agotamiento físico y el estrés que provoca estar trabajando en estas condiciones, en donde siempre está el temor de contagio o bien de contagio hacia sus seres queridos. Sin embargo y pese a todas estas dificultades ellos siempre han estado con la mejor disposición durante estos meses, siempre interesados en mantener nuestro hospital seguro. Han aportado con sus propias iniciativas y nunca han descuidado las áreas "no críticas" del hospital manteniendo día a día el aseo y ornato tanto dentro como en las áreas verdes del hospital".
"Ha sido difícil convivir con el COVID-19"
Uno de los funcionarios integrantes de este equipo, es Rubén Cabello, quien trabaja en el cuarto turno de hospitalización. "Ha sido difícil convivir con el COVID-19, porque se vuelve muy desgastante emocionalmente, uno anda muy preocupado de no contaminarse y llevar el virus a la casa, lo que nos afecta psicológicamente. Pese a esto creo que hemos sabido llevar bien el aseo llevando una desinfección inmediata ante cada persona que ingresa. Normalmente se limpia todo dos veces al día, pero ahora se debe realizar de manera constante generando una sobrecarga de trabajo", relata contanto su experiencia de trabajar en pandemia.
"nos cuestionamos mucho psicológicamente"
Por su parte, la auxiliar de servicio Sara Galáz, destaca que "ha sido un cambio brusco desde que empezó la pandemia porque siento que, sin querer, nos cuestionamos mucho psicológicamente ya que existe la incertidumbre de que en cualquier momento nos podemos contagiar, por esto tratamos de cuidarnos lo más que se pueda y hacer nuestro trabajo lo mejor posible, porque eso significa cuidarlos a todos".