Índice del Contenido
Cuando una mujer deja de tener su menstruación, comienza una nueva etapa en su vida llena de cambios y desafíos en distintos sentidos. Es por eso que es importante estar lo más informadas posible para afrontar el climaterio de manera adecuada.
¿Qué es el climaterio?
La Dra. María de los Ángeles Larraín, ginecóloga de Clínica Universidad de los Andes, explica que "el climaterio es el período de transición en que una mujer experimenta el fin de sus años reproductivos, como consecuencia del agotamiento ovárico, asociado a la disminución en la producción de estrógenos y que va acompañado de un abanico de cambios físicos, emocionales, biológicos y sociales".
La menopausia: la etapa más conocida
La etapa más conocida del climaterio es la menopausia, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como "el cese permanente de la menstruación en el que se produce la pérdida de la actividad folicular ovárica, transcurriendo 12 meses sin regla, en ausencia de cualquier causa patológica o fisiológica". Generalmente, este cese ocurre entre los 45 y 55 años, y el diagnóstico se realiza retrospectivamente.
Cambios que se presentan en el climaterio
Durante el climaterio, pueden ocurrir distintos cambios en el cuerpo de la mujer, como la irregularidad de los ciclos menstruales, bochornos, sudoración intensa, cambios de ánimo e irritabilidad. También se puede experimentar un incremento en los niveles de colesterol y resistencia a la insulina, disminución del metabolismo basal, lo que facilita el aumento de peso, cambios en la apariencia de la piel y el cabello, y una disminución en el deseo sexual.
Consultar a un especialista es clave
Ante la aparición de uno o más de estos síntomas, se recomienda consultar con un ginecólogo para evaluar las mejores opciones de tratamiento que permitan transitar esta etapa con la mejor salud y calidad de vida posibles.
Recomendaciones para una mejor transición
La Dra. Larraín entrega algunas recomendaciones para estar mejor preparadas durante el climaterio, como informarse sobre los cambios que se producen, consultar oportunamente a un especialista y realizar chequeos ginecológicos anuales. También se aconseja mantener hábitos de vida saludables, un peso adecuado, llevar una vida activa y evitar el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.