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La exposición prolongada a sonidos fuertes se ha convertido en una preocupación creciente entre especialistas en salud auditiva, especialmente debido a los hábitos de la Generación Z. El uso cotidiano de audífonos a volumen elevado y la asistencia frecuente a conciertos o espacios de entretención ha incrementado el riesgo de daño auditivo entre jóvenes de todo el mundo, según evidencian recientes estudios internacionales.
Alarma global por exposición al ruido en jóvenes
De acuerdo con un informe publicado en 2023 por BMJ Global Health, entre 670 y 1.350 millones de personas jóvenes se encuentran actualmente en riesgo de perder su audición. La cifra se vuelve aún más preocupante al considerar que entre el 18% y el 29% de los jóvenes se exponen diariamente a niveles de sonido superiores a lo recomendado. El estudio también señala que el 24% de quienes usan auriculares y cerca del 50% de quienes frecuentan festivales o fiestas podrían estar desarrollando daños auditivos sin advertirlo.
La música y los espacios recreativos son parte fundamental de la vida social de los jóvenes. Sin embargo, los especialistas advierten que la exposición continua a sonidos sobre los 80 o 90 decibelios podría generar daños temporales o permanentes en la audición.
Impacto del volumen excesivo en los oídos
La fonoaudióloga de GAES, Andrea Lizama, explica que los niveles de ruido en eventos masivos suelen ser muy superiores a los límites seguros. Según detalla, "es importante explicar que el nivel de ruido en lugares como festivales suele rondar los 104-112 decibelios, cifras muy alejadas de los 60 decibelios que se consideran seguros, y muy cercanos a los 120 decibelios de un taladro". La especialista agrega que el uso de audífonos inalámbricos de inserción intensifica el impacto del sonido al ingresar directamente al canal auditivo.
Consecuencias en la salud auditiva
La exposición constante puede dañar las células ciliadas del oído interno, estructuras esenciales para la audición. Lizama precisa que "lo que ocurre con estos niveles de ruido es que pueden ocasionar daño en las células ciliadas, que son transductores muy sensibles para la audición y que nos permiten escuchar correctamente. Ante la exposición a sonidos fuertes, se puede manifestar fatiga, tinnitus —el zumbido auditivo típico que suele producirse tras un concierto— e incluso, pérdida auditiva temporal".
Aunque estas células pueden recuperarse, estudios recientes advierten que la exposición continua a volúmenes altos podría conducir a una pérdida auditiva permanente. Esta situación afecta la calidad de vida y se relaciona con problemas como aislación social, depresión y demencia.
Recomendaciones para proteger la audición
La prevención es clave para evitar daños mayores. Desde GAES recomiendan considerar tanto el nivel de ruido como el tiempo y frecuencia de exposición. Entre las sugerencias destacan la regla 60/60: no usar audífonos insertables por más de 60 minutos al día ni superar el 60% del volumen máximo. También se sugiere realizar chequeos auditivos periódicos para detectar precozmente cualquier deterioro.
Asimismo, al asistir a conciertos o eventos masivos, se aconseja el uso de protectores auditivos y evitar ubicarse cerca de los altavoces, ya que la proximidad aumenta significativamente el riesgo de daño.
