Estigmatización, marginación social y laboral, desarraigo social y falta de autonomía para tomar decisiones son algunas de las problemáticas que deben enfrentar personas que presentan trastornos de salud mental que afectan y agravan los procesos de recuperación.
Conscientes de esta situación, la unidad de Salud Mental del Hospital de Marchigüe realiza el taller de rehabilitación psicosocial, enfocado en el acompañamiento terapéutico y el desarrollo de habilidades para la vida diaria de personas aquejadas con enfermedades mentales graves.
Estos talleres están en sintonía con los lineamientos clínicos y comunitarios del Plan Nacional de Salud Mental, puesto que buscan abordar los procesos de salud-enfermedad en un continuo entre el individuo y la comunidad.
Kimberli Gajardo, técnico en enfermería de la unidad de Salud Mental, plantea que “esto forma parte del modelo de atención integral en salud que guía nuestro trabajo y nos permite ayudar desde distintas áreas a nuestros usuarios, realizando un trabajo coordinado entre profesionales”.
Desde esta perspectiva, la recuperación de los usuarios va más allá del diagnóstico, la gravedad de los síntomas y la adherencia al tratamiento farmacológico, e incluso más allá de ellos mismos, puesto que también es una responsabilidad de la comunidad.
En este punto, donde lo individual toca profundamente a la comunidad, es que la unidad de Salud Mental del hospital de Marchigüe reflexionó en torno a los alcances del hospital comunitario en los procesos de recuperación y rehabilitación. Al respecto, el jefe de la unidad, psicólogo Luilly Gómez, explicó que “el hospital comunitario tiene el desafío y la oportunidad de entregar atención integral de las problemáticas de salud mental severas”.
El taller también busca promover las iniciativas e interrogantes que proponen los usuarios, tal como puntualiza Lissette Vargas, trabajadora social, puesto que “de inmediato le da un sello distintivo que permite enfocar el trabajo desde la necesidad del paciente, en el fondo no es impuesto como algunos otros aspectos del tratamiento”.
Algunas de las actividades realizadas el año pasado fueron recorridos de los sectores aledaños de Marchigüe, en búsqueda de la reapropiación psicosocial del entorno, también trabajos en el vivero de hierbas del hospital, fomentando la interacción y el trabajo en equipo. Nicolás Duran, terapeuta ocupacional, señala que “el taller tuvo una muy buena llegada y adherencia con los usuarios que asistieron en el año 2018, quedando conformes con próximas actividades. Esperamos una convocatoria similar para este 2019”.
El psicólogo Víctor Madariaga enfatiza lo novedoso en nuestro país de esta iniciativa, donde se cruzan aspectos clínicos y comunitarios “si bien en otros contextos latinoamericanos estos dispositivos de atención han sido ampliamente trabajados, aquí en Chile han existido solo escazas experiencia pero que han demostrado el favorable impacto en el tratamiento”.
Finalmente, la psicóloga Patricia López resalta la importancia de estas iniciativas no solo por los beneficios al tratamiento de las patologías severas en salud mental, sino también a los problemas ligados a las distancias y accesos en los territorios rurales: “resulta de suma importancia que se sigan inyectando recursos para que no queden sólo como iniciativas aisladas, siendo un área a potenciar, ya que los usuarios por distancias geográficas no pueden asistir a otros dispositivos”.