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La salud mental de niños y adolescentes se ha convertido en un tema prioritario a nivel mundial y nacional, impulsado por estudios que evidencian un aumento sostenido de síntomas depresivos y de ansiedad, así como un uso cada vez más intensivo de redes sociales entre menores. Diversas investigaciones recientes han encendido las alertas sobre un fenómeno que afecta a familias, establecimientos educativos y profesionales de la salud.
Aumento del uso de pantallas y de síntomas depresivos
Un estudio de la Universidad de California en San Francisco, publicado en JAMA Network Open, reveló que el tiempo dedicado a redes sociales por parte de los niños se multiplicó por diez en solo tres años, pasando de 7 a 73 minutos diarios. Paralelamente, los síntomas depresivos crecieron un 35% en el grupo entre 9 y 13 años, una relación que investigadores observan como un indicador del impacto emocional asociado al uso digital intensivo.
Datos preocupantes en Chile
En el contexto nacional, un estudio financiado por ADIPA señala que un 60% de niños y adolescentes presenta síntomas de depresión y ansiedad. Además, una investigación de la Universidad de Chile realizada en 2023 estima que la prevalencia de depresión infantil alcanza el 5% a nivel nacional. Especialistas advierten que señales como ansiedad, tristeza persistente o retraimiento social se observan cada vez con mayor frecuencia y suelen relacionarse con el uso problemático de la tecnología o con entornos familiares marcados por el estrés.
Cómo se manifiesta la depresión en menores
La depresión infantil puede ser difícil de identificar, ya que no siempre se presenta con tristeza evidente. Algunos niños pueden mostrarse irritables, desmotivados, con problemas de sueño, cambios en el apetito o bajo rendimiento escolar. También es común la pérdida de interés por actividades habituales y la aparición de molestias físicas sin causa clara, como dolores de estómago o de cabeza.
Estrategias para acompañar a niños y adolescentes
Los especialistas subrayan la importancia de observar y escuchar activamente. Las emociones infantiles requieren contención y espacios seguros para expresarse. Según el psicólogo de Grupo Cetep Freddy Meneses, establecer rutinas estables, limitar el tiempo frente a pantallas, modelar un uso responsable de la tecnología y supervisar los contenidos digitales son medidas clave. También destaca la necesidad de reforzar el vínculo afectivo, promover la actividad física y buscar apoyo profesional cuando los síntomas persisten más de dos semanas o interfieren con la vida cotidiana.
Un llamado en el Mes Mundial de la Salud Mental
En el marco del Mes Mundial de la Salud Mental, el llamado es a prestar atención al bienestar emocional de los niños, especialmente en un entorno marcado por las exigencias cotidianas y el efecto de las redes sociales. Cuidar la salud mental desde la infancia no solo previene dificultades futuras, sino que contribuye a formar generaciones más empáticas y resilientes.
