Índice del Contenido
- 1 Ecosistemas alterados y baja bioseguridad
- 2 Articulación territorial para prevenir crisis
- 3 Intervenciones preventivas en terreno
- 4 Investigación aplicada y vigilancia ecológica
- 5 Educación sanitaria y corresponsabilidad
- 6 Formación comunitaria como pilar sanitario
- 7 Compromiso multisectorial y comunitario
El 60 % de las enfermedades infecciosas humanas tienen origen zoonótico, causando más de 2,7 millones de muertes anuales en el mundo, según la National Library of Medicine. En Chile, el Ministerio de Salud (Minsal) y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) reportan brotes activos de influenza aviar, leptospirosis, equinococosis, hantavirus, brucelosis y rabia silvestre, principalmente en zonas rurales. Este panorama plantea una alerta sanitaria que requiere respuestas coordinadas para evitar futuras crisis como la del COVID-19, también de origen zoonótico.
Ecosistemas alterados y baja bioseguridad
Las académicas Gemma Rojo y María Teresa Solís, de la Universidad de O'Higgins (UOH), advierten que este escenario es resultado de ecosistemas alterados, baja bioseguridad y protocolos de vigilancia deficientes. Ambas coinciden en que el enfoque One Health representa una solución efectiva, al integrar disciplinas como medicina, veterinaria, epidemiología y ecología bajo una gobernanza sanitaria colaborativa.
Articulación territorial para prevenir crisis
La UOH participa en la Mesa Regional de Zoonosis en contexto "Una Salud", liderada por la Seremi de Salud de O'Higgins, donde instituciones públicas y la academia trabajan en conjunto para prevenir y contener brotes desde una perspectiva local y multisectorial.
Intervenciones preventivas en terreno
Gemma Rojo destaca que enfermedades como el hantavirus, la rabia silvestre o la influenza aviar requieren monitoreos multidisciplinarios. “La estrategia One Health reconoce que la salud humana, animal, vegetal y ambiental están profundamente interconectadas”, señala, agregando que “en terreno, se trabaja directamente con productores y equipos veterinarios en estrategias prácticas como el manejo seguro de residuos, el control integrado de plagas y la capacitación comunitaria”.
Investigación aplicada y vigilancia ecológica
Como co-investigadora del proyecto Fondecyt Nº1230457, la Dra. Rojo estudia la relación entre cambios en el uso de suelo y la proliferación de roedores vectores de patógenos zoonóticos. “Esta evidencia refuerza la necesidad de fortalecer la vigilancia con un enfoque ecológico”, afirma. También subraya la importancia de ampliar la vigilancia de rabia en fauna silvestre, más allá del diagnóstico centralizado del ISP.
Educación sanitaria y corresponsabilidad
María Teresa Solís, del Instituto de Ciencias de la Salud, resalta que enfermedades como la hidatidosis y el Chagas siguen activas en zonas rurales por falta de educación sanitaria. “Se hace urgente mejorar la estructura de diagnóstico, adaptar los sistemas de vigilancia a los efectos del cambio climático, ampliar la investigación y promover una cultura de corresponsabilidad”, indica.
Formación comunitaria como pilar sanitario
La epidemióloga enfatiza que el enfoque One Health no solo apunta al control de patógenos, sino a la formación de la población para cortar cadenas de contagio. “Sin esta coordinación, la respuesta es fragmentada y menos eficaz”, sostiene.
Compromiso multisectorial y comunitario
Ambas académicas coinciden en que el éxito de esta estrategia depende de programas de desparasitación, vacunación, control de vectores, consumo seguro de agua y educación alimentaria. Además, destacan el respeto a la fauna nativa como clave para prevenir nuevas zoonosis. “Sin comunidades comprometidas, ningún plan de vigilancia será realmente efectivo”, concluyen.