Al igual que todos los seres vivos, cuando un perro llega a su etapa anciana o sénior necesita más atención, por eso es importante que su familia o tutores sepan cuándo y cómo empezar a entregarle esos cuidados especiales.
Lo primero es identificar en qué etapa está tu perro. “La etapa sénior se inicia entre los 7 y 9 años en perros de razas medianas o grandes, y alrededor de los 10 u 11 en los de razas pequeñas, momento en que es adecuado que lo revise un médico veterinario por lo menos 2 veces al año”, señala Valentina Nuñez, médico veterinaria de Purina.
¿Cuáles son sus principales necesidades? En términos generales sufren problemas de movilidad como consecuencia del desgaste en sus articulaciones, las cuales actúan constantemente como bisagras y amortiguadores entre los huesos. Su estabilidad depende, entre otras cosas, de sus músculos, por lo que es importante que no tenga sobrepeso y así evitar la presión excesiva sobre sus articulaciones.
Clave: ejercicios y alimentación
Con el paso de los años el cerebro de los perros pierde la capacidad de utilizar la glucosa como combustible, lo que puede traducirse en cierto amodorramiento y pérdida de interés por lo que le rodea. “Que un perro sea viejo no significa que deba dejarse en un rincón, todo lo contrario, es justamente el momento de mantener ciertas rutinas en casa que le permitan conservar la agilidad mental, y también preocuparse de que haga al menos 30 minutos de ejercicio al día, para que sus articulaciones y sistema cardiovascular se mantengan saludables. Por ejemplo, un paseo a buen ritmo por la vereda es mejor para sus articulaciones que llevarlo a un cerro o una caminata por la arena”, explica la especialista. Ayúdalo en casa, por ejemplo, si le gusta descansar en el sillón, pero no puede subirse, coloca un cojín o una caja de madera acolchada.
En cuanto a la alimentación, lo importante es mantener un peso saludable con un control de la densidad calórica. Si las proteínas son de alta calidad y en cantidades adecuadas, su masa muscular estará en mejores condiciones. También es importante que su alimento incorpore nutrientes que el cerebro puede usar como fuente de energía en paralelo a la glucosa, para ralentizar el deterioro mental. “Los médicos veterinarios recomendamos en esta etapa comenzar con una alimentación con alguna fórmula especial, como PRO PLAN® Active Mind, que contiene aceites botánicos que proveen una fuente alternativa de energía para activar la agilidad de su cerebro. Los aceites botánicos poseen triglicéridos de cadena media (TCM)”, agrega Valentina Nuñez.
Señales de etapa sénior
- Pon atención a su piel y pelo: El pelaje se torna gris, en especial en el hocico y alrededor de los ojos, y el cabello se vuelve más grueso y seco. Se comienzan a notar arrugas en su piel y una textura quebradiza en las uñas.
- Cambios de audición y visión: Los perros más viejos experimentan una pérdida de audición gradual, que puedes notar si deja de responder a tus órdenes o se demora más. Muchos desarrollan cataratas y otros problemas oculares. Observa si choca con los objetos mientras camina y examina sus ojos en busca de signos de nubosidad.
- Movilidad reducida: Los perros mayores tienden a moverse menos. Las primeras etapas de la osteoartritis pueden llevarlo a reducir sus movimientos. Observa si cojea, camina despacio, o se niega a subir o bajar escalones.
- Otras señales: Cambios anormales como desorientación, interacción social reducida, cambios en el ciclo sueño-vigilia, confusión, ladridos o llanto en la noche, falta de apetito y agresiones repentinas.