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Un informe de la ONU revela que América Latina y el Caribe redujeron el hambre en 2,9 millones de personas en los últimos dos años. Sin embargo, el 74% de los países de la región, incluido Chile, enfrentan una alta exposición a eventos climáticos extremos, como sequías prolongadas, que ponen en riesgo la producción agrícola y el acceso a alimentos.
Cultivos esenciales afectados
El Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y Nutrición 2024 advierte que la escasez hídrica está afectando cultivos esenciales como cereales, legumbres, hortalizas y frutas, encareciendo el costo de una dieta saludable. "La disponibilidad de agua es clave para cualquier cultivo, y hoy es un desafío crítico con una población mundial que supera los 8 mil millones", explica la ingeniera agrónoma Heide Rosch.
Impacto en la nutrición y la agricultura
Claudia Lataste, docente de la Universidad de Chile, destaca la importancia de estos alimentos: "Los cereales aportan energía, las legumbres son fuente de proteínas y fibra, mientras que las hortalizas y frutas proporcionan vitaminas y antioxidantes esenciales".
Pero el informe de la ONU también revela que, entre 2019 y 2023, la subalimentación aumentó 1,5 puntos porcentuales en países afectados por el cambio climático, lo que exige medidas urgentes para fortalecer la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.
Tecnología y eficiencia hídrica: claves para la agricultura del futuro
Ante este escenario, los expertos proponen optimizar el uso del agua mediante tecnologías avanzadas. Guillermo Donoso, de la Universidad Católica, señala: "Debemos mejorar la productividad del agua, es decir, producir más toneladas por metro cúbico. Si lo logramos, podremos mantener la producción con menos recursos".
Emilio de la Jara, CEO de Capta Hydro, una startup chilena especializada en gestión hídrica, agrega: "La automatización y los datos en tiempo real están revolucionando la agricultura, permitiendo una distribución más precisa del agua. Esto reemplaza métodos manuales que llevan siglos en uso".
Colaboración público-privada para enfrentar la crisis
Los especialistas coinciden en que se requieren alianzas entre el sector público y privado para garantizar el acceso al agua. "El Estado debe invertir en infraestructura y promover tecnologías sostenibles, mientras que los agricultores deben adoptar mejores prácticas de riego", afirma Donoso.
Además, destacan la necesidad de programas de capacitación para agricultores, especialmente para aquellos con menos recursos, asegurando que las innovaciones lleguen a todos los niveles del sector agrícola.