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La empresa española Symborg, especializada en I+D+i de biotecnología agrícola, que empezó sus operaciones en Latinoamérica en 2015, presenta BlueN, el primer biofertilizante natural fijador de nitrógeno en el mundo, que permite sustituir abonos y fertilizantes químicos nitrogenados.
60% del nitrógeno
La firma indica que con una sola aplicación de BlueN, las plantas, dependiendo de la especie, pueden obtener hasta el 60% del nitrógeno que necesitan directamente del aire gracias a una bacteria descubierta por Symborg. Un producto que tiene importantes beneficios medioambientales -no contamina acuíferos-, y que también permite reducir costos a los agricultores.
Macronutriente esencial para las plantas
Después del agua, el nitrógeno es el segundo macronutriente esencial para las plantas, siendo además fundamental para mantener los actuales niveles productivos. Sin embargo, pese a su importancia y, a pesar de abundar en la atmósfera, los cultivos no pueden tomarlo directamente. De hecho, su presencia en el aire es de forma inerte y no reactiva, necesitando reaccionar químicamente con otras sustancias para que el uso sea efectivo en los cultivos. Un motivo por el que, hasta el momento, se han utilizado en la agricultura fertilizantes químicos basados en amoniacos, óxido nitroso y nitrato, que se aplican en el suelo para que las plantas tomen el aporte a través de las raíces.
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¿Cómo surgió la idea?
"La idea surgió por la necesidad de nitrógeno a nivel global para cultivos orgánicos porque el nitrógeno es la segunda "batería" más usada por la planta tras el agua. Queríamos buscar fuentes de nitrógeno orgánico para ser usados en agricultura orgánica pero también para que los agricultores pudieran ahorrar en fertilizantes nitrogenados químicos", explica Jesús Juárez, CEO de Symborg.
Cinco años de investigación
Tras cinco años de investigación, se ha lanzado BlueN, que se basa en una bacteria que ha sido descubierta por la compañía y que se ha desarrollado a partir de la cepa Methylobacterium Symbioticum SB23. Esta solución 100% biológica se puede aplicar a grandes cultivos de cereales, maíz, soja, trigo, cebada y arroz. Además, se está trabajando para que también pueda ser utilizada en agricultura intensiva de cualquier fruto.
Un antes y un después en Latam
"BlueN va a suponer un antes y un después en Latam. Los productores van a comprobar que pueden maximizar sus cosechas con el mínimo de recursos y sin riesgos para la salud humana, animal y del medioambiente", explica Gala García, responsable del mercado Lationamericano. "Si bien la aplicación de BlueN es muy sencilla, todo el equipo de Symborg Latam estaremos, como siempre, al lado de productores y agricultores para asesorarlos en todas las consultas relacionadas con sus cultivos y cómo sacarles el máximo rendimiento", asegura Juárez.
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Formas de uso
BlueN se emplea fácilmente. De hecho, tan solo es necesaria una aplicación al inicio del cultivo porque entra en la planta a través de las hojas colonizándolas para convertirlas en el hábitat en el que puede pervivir de forma prolongada. Desde ahí, esta bacteria convierte el nitrógeno del aire en amonio metabolizado directamente en aminoácido por la planta. Una reacción que se produce de manera constante durante todo el ciclo del cultivo.
Asimismo, BlueN presenta una serie de ventajas para el medioambiente, ya que no contamina los acuíferos como sucede con los fertilizantes químicos que degradan los suelos y provocan eutrofización de lagos, embalses y marismas tras filtrarse a las aguas subterráneas. Además, se puede utilizar en áreas en las que está restringida la aplicación de nitrógeno, así como en agricultura ecológica.