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Con la llegada de la primavera, aumentan los estornudos, la congestión nasal y las molestias en la garganta. Estos síntomas generan confusión, ya que muchas veces se asocian tanto a un resfriado común como a la rinitis alérgica, dificultando el diagnóstico y el tratamiento oportuno.
Síntomas similares, causas diferentes
“Aunque el resfriado común y la rinitis alérgica comparten síntomas como los estornudos y la congestión nasal, son afecciones muy distintas”, explica Andrés Glasinovic, médico familiar y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes.
La diferencia principal radica en la causa. El resfriado es una infección viral que se transmite a través del aire o por contacto con secreciones respiratorias, mientras que la rinitis alérgica corresponde a una reacción del sistema inmunitario frente a agentes como polen, polvo o pelo de mascotas.
Claves para reconocer el resfriado
El resfriado suele presentarse con dolor de garganta, tos, disfonía y malestar general. Además, la secreción nasal tiende a ser más espesa y de tonalidad amarilla. Sus síntomas duran entre cinco y diez días, y son más comunes en otoño e invierno.
Características de la rinitis alérgica
En el caso de la rinitis alérgica, predominan la picazón, los estornudos y la secreción nasal transparente y líquida, sin molestias corporales. A diferencia del resfriado, no es contagiosa y su duración depende de la exposición al alérgeno: puede extenderse durante semanas en primavera debido al polen o mantenerse activa todo el año en presencia de ácaros del polvo.
El momento del año también entrega señales
Otra clave es la estacionalidad. Los resfriados se presentan con mayor frecuencia en las épocas frías, mientras que las alergias suelen intensificarse en primavera y verano. En los casos de rinitis crónica, pueden aparecer en cualquier estación.