Cómo revertir el exceso de peso en niñas y niños

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Según el mapa nutricional publicado por la Junaeb el año pasado, el 23% de los escolares presenta obesidad, enfermedad que también impacta a niños pequeños y bebés. Los malos hábitos alimentarios y la vida sedentaria aparecen como principales causas, ante lo que Erika Albetman, médico nutriólogo y coordinadora del Centro de Obesidad de Clínica Bupa Santiago, nos cuenta qué podemos hacer.

"En este Día Mundial de la Obesidad, es importante que recordemos que se trata de una enfermedad y, por lo tanto, tenemos que ser activos en buscarla, diagnosticarla y tratarla. Si un niño es diagnosticado por su pediatra, esto no debería generar una ofensa en su familia, al contrario, ya que el objetivo es ayudarlo", explica la especialista.

Cuidado desde el embarazo

Según explica la doctora Albetman, para disminuir las posibilidades de desarrollar obesidad, los padres deberían tomar precauciones desde la gestación. "Si bien cada uno de nosotros tiene un genoma propio, el ambiente intrauterino puede provocar algunos cambios en algunas secuencias de ADN y cambiar la expresión de los mismos. Los hábitos maternos de la madre, incluyendo su alimentación y la calidad de la misma, su composición corporal, el estrés y la calidad del sueño, pueden afectar el ambiente intrauterino, haciendo que éste sea más hostil y pueda generar algunos cambios en los genes del hijo", detalla.

Cómo mejorar hábitos

Así, la ingesta de alimentos ultra procesados, ricos en calorías, azúcares y grasas; la vida cada vez más sedentaria y el exceso de horas frente a las pantallas figuran como las principales razones de este aumento en los índices de obesidad.  "Para romper este círculo, es clave limitar las actividades con pantallas, escoger actividades al aire libre, incentivar actividad física en familia y tener rutinas con horarios estables de alimentación", asegura la doctora, quien, además, entrega las siguientes recomendaciones:

  • Siempre desayunar antes de ir al colegio y escoger lácteos, pan o cereales como avena o granos integrales, acompañado de quesos blancos, palta o huevo.
  • Comer juntos en familia al menos una vez al día, donde adultos y niños coman los mismos alimentos y así potenciar que los niños coman de todo y no "platos especiales".
  • Frutas y verduras todos los días, llegando al menos a  cinco porciones en total durante el día.
  • Colaciones saludables para el colegio, que incluyan frutas, palitos de verduras, lácteos bajos en grasas y azúcares, huevos duros, frutos secos. Evitar alimentos ultra procesados y si son productos industriales, escoger aquellos con menos sellos.
  • No premiar ni castigar con comida, ya que los alimentos son para nutrirnos y debemos verlos así desde una primera infancia y no como un regulador emocional.

"Mi consejo para los papás es que siempre se está a tiempo de tratar la obesidad. Aprender a comer saludable en familia es la mejor solución", sostiene la experta de Clínica Bupa Santiago.


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