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Entre el 15 y 30% de las personas mayores de 65 años reportan disfagia, una enfermedad que genera dificultad para tragar alimentos y líquidos. Este trastorno está asociado a daños neurológicos que afectan la cavidad oral, la región faríngea, la laringe y el esófago, y puede provocar serias complicaciones como desnutrición y problemas respiratorios.
Causas de la disfagia
Orietta San Martín Rubilar, docente de la Escuela de Fonoaudiología de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UTalca, explicó que la disfagia es común debido a la disminución de la función muscular y al envejecimiento de la deglución. También está vinculada a enfermedades neurológicas como el Parkinson, la esclerosis múltiple y accidentes cerebrovasculares.
Además, los pacientes con cáncer en la cabeza y el cuello, así como los niños con trastornos del desarrollo o condiciones congénitas como la parálisis cerebral, también son propensos a desarrollar esta afección.
¿Es posible prevenir la disfagia?
La profesora San Martín señaló que la disfagia no se puede prevenir debido a su relación con diversas condiciones de origen neurológico, oncológico o congénito. Sin embargo, se pueden minimizar sus consecuencias con estrategias adecuadas.
Recomendaciones para reducir riesgos
Entre las recomendaciones para manejar la disfagia, la experta destacó la detección temprana en población de riesgo, como personas mayores o con enfermedades neurológicas. También sugirió educar a los cuidadores en técnicas de alimentación, adaptar las consistencias de los alimentos y recurrir a terapia fonoaudiológica para un tratamiento personalizado.
Un enfoque interdisciplinario es clave
San Martín subrayó la importancia de un enfoque interdisciplinario en el tratamiento de la disfagia. “Se requiere la colaboración de médicos, fonoaudiólogos y nutricionistas para abordar esta condición de manera integral”, concluyó.