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Con el inicio del año escolar, muchos padres se encuentran enfrentando las primeras señales de posibles dificultades en el rendimiento académico de sus hijos. Problemas como la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad comienzan a surgir, generando preocupación en las familias. Si bien estos comportamientos son comunes en la edad preescolar, también podrían ser indicativos de un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no diagnosticado.
El TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la niñez, caracterizado por problemas con sustancias químicas cerebrales, como la dopamina y la noradrenalina. Este trastorno engloba una combinación de dificultades persistentes, incluyendo la atención, la hiperactividad y el comportamiento impulsivo. Su diagnóstico se basa en criterios clínicos y puede manifestarse de diferentes maneras, según el predominio de una característica sobre las otras o su combinación.
Problemas de autoestima
La Dra. Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada, destaca que los niños con TDAH pueden experimentar también problemas de autoestima, relaciones interpersonales difíciles y bajo rendimiento escolar. Aunque el tratamiento puede ayudar a mitigar los síntomas con el tiempo, algunas personas nunca los superan por completo, pero aprenden estrategias para manejarlos.
Según datos de la Asociación Americana de Psiquiatría, se estima que el TDAH afecta al 5% de los niños a nivel mundial, alcanzando hasta un 10% en Chile, según estudios epidemiológicos limitados en el país.
Síntomas del TDAH
Los síntomas del TDAH suelen manifestarse en la primera infancia, alrededor de los 3 o 4 años de edad. Por ello, es fundamental que los padres estén atentos y consulten con el pediatra si observan comportamientos preocupantes en sus hijos. Sin embargo, es crucial distinguir entre el comportamiento típico de la etapa de desarrollo y las posibles señales de alerta del TDAH.
La Dra. Galarce también enfatiza que el TDAH está frecuentemente asociado con otros problemas de salud mental, como trastornos de ansiedad, del estado de ánimo o del aprendizaje, subrayando la importancia de una evaluación exhaustiva y un tratamiento adecuado.
Ideas erróneas sobre el TDAH
Además, es crucial desmitificar ideas erróneas sobre el TDAH y su tratamiento. Contrario a la creencia popular, el tratamiento del TDAH no se limita a la psicoterapia; involucra una combinación de apoyo a los padres, intervención escolar, tratamiento farmacológico y apoyo directo al niño. Los medicamentos utilizados para tratar el TDAH, como el metilfenidato, no son sedantes y pueden mejorar significativamente los síntomas del trastorno.
Es importante también desmentir la idea de que los niños desarrollan tolerancia a los medicamentos utilizados para el TDAH, y que el tratamiento farmacológico es de por vida. La duración del tratamiento y la necesidad de medicación deben ser evaluadas por un profesional de la salud, quien ajustará el tratamiento según el desarrollo y la evolución del niño.
Factores de riesgo como el consumo de alcohol y tabaco durante el embarazo, prematuridad al nacer y exposición a violencia intrafamiliar, así como factores genéticos, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar TDAH. Por ello, la Dra. Galarce subraya la importancia de diagnósticos precisos para comprender las causas del trastorno y su tratamiento.
Fundamental consultar a un profesional
En resumen, ante las primeras señales de posibles dificultades en el comportamiento de los niños en edad escolar, es fundamental la consulta con un profesional de la salud para una evaluación adecuada y un plan de tratamiento individualizado.