La presentación de la obra “Conexión-Desconexión al corazón” en el Teatro Municipal de la comuna de San Francisco de Mostazal, vino a coronar el trabajo introspectivo que desarrolló el grupo de jóvenes mayores de 18 años, usuarios del Centro Terapéutico Ambulatorio mostazalino del Hospital Regional de Rancagua (HRR). Éste atiende a personas con un consumo problemático de alcohol y drogas. Así lo expresó el propio elenco, que consideró la experiencia como “parte del impulso creativo que caracteriza a la comunidad terapéutica por años, que inserto en sus terapias, representa un elemento fundamental para una rehabilitación integral”.
Teatro como herramienta rehabilitadora
La idea de tomar al teatro como herramienta rehabilitadora, para Paulina Marín, psicóloga y coordinadora de la Comunidad Terapéutica Elella del HRR, “nace de la necesidad de los usuarios de la comunidad, de expresar la importancia de reconocerse para poder sanarse, no solo a nivel personal sino también en lo familiar”, lo que para la profesional además, “implica la búsqueda y descubrimiento de diversas facetas comunicativas, como son la danza, el dibujo, el teatro, la ejercitación física, las manualidades, que como dimensiones están bien contenidas en el teatro, se valoraron en la obra y conducen a la recuperación de estos pacientes”.
"fue una experiencia enriquecedora"
La propuesta, trabajada colaborativamente con el Senda, “a dos años de iniciada la pandemia, marcó un hito importante en la comuna, y asimismo para el programa” conforme indicó Paola Catrilao, coordinadora del Senda Previene en Mostazal, quien añadió, “fue una experiencia enriquecedora, que instaló mediante su trama un espacio de reflexión, porque solo ellos -los pacientes- saben lo fuerte y triste que se vuelve muchas veces, interactuar con otras personas sin que se manifiesten prejuicios. Siempre pensamos que sería más práctico en ese aspecto, sensibilizar a los asistentes respecto de los efectos nocivos del consumo de sustancias desde la realidad de las personas que están viviendo el consumo y sus consecuencias”.
Para Alexis Rose, Técnico en Rehabilitación del Centro Terapéutico Ambulatorio (CTA) Elella, en tanto, la elaboración de la obra que cautivó a más de 150 asistentes, con la historia de “Lolita”, la joven encargada de hacer un recorrido humano sensible, por situaciones que solo las personas consumidoras habitualmente atraviesan, mostrando cómo viven el miedo, las inseguridades, la llegada de redes de apoyo y finalmente, cómo es salir de esas situaciones fue un gran desafío “por la constancia y disciplina que el teatro requiere, pero, además, porque se trata de pacientes de salud mental que batallan por materializar un cambio importante en sus vidas, con patologías como esquizofrenia, bipolaridad o trastornos de personalidad, enfermedades o afecciones complicadas”.
Por otra parte, el profesional señaló, “el objetivo era que ellos se sintieran gratificados con la muestra de este producto final (la obra), reconectaran con sus emociones, aprendieran a trabajar en conjunto y a manejar las frustraciones – como comunidad terapéutica que son-, que comprendieran que pueden terminar algo positivo juntos que les reporte satisfacción. Esto requirió una mirada de trabajo siempre terapéutica, planteando una construcción artística desde cero, identificando sus fortalezas para aportar a la propuesta desde áreas como escenografía, logística, actuación, musicalización, lo que ayuda sin duda a su rehabilitación y reinstala en ellos la disciplina, la responsabilidad que muchas veces están perdidas”.
La actividad fue para la coordinadora de la comunidad finalmente, “un recurso terapéutico que impulsó a los pacientes a superar sus miedos”, subrayando que, “la pandemia nos obligó a buscar nuevas maneras de entender la conexión/desconexión y demostrar que es fundamental para resguardar nuestra salud mental comunicar nuestros miedos, preocupaciones y temores, para en conjunto, apoyarnos en este camino de sanación directo al corazón, como afirma Alexis Rose parte de nuestro centro”.