El mal de Parkinson es una enfermedad degenerativa que afecta el sistema nervioso central, específicamente a un área del cerebro llamada sustancia negra y se produce por una disminución de la dopamina, provocada por diversas causas. Su riesgo aumenta sobre los 50 años, pero un estilo de vida con hábitos saludables puede marcar la diferencia en la prevención o retraso. La doctora Francisca Albert, neuróloga de IntegraMédica, cuenta en detalle sobre esta enfermedad.
“En Chile, las cifras publicadas en el año 2020 indican que un 0,3% de la población total padece Parkinson, llegando al 1% en personas sobre los 60 años. Su riesgo va aumentando en forma progresiva con la edad y se ha visto que es más frecuente en hombres que en mujeres”, explica la especialista.
Entre los principales síntomas que refieren los pacientes son lentitud en los movimientos, problemas con la motricidad fina (como abrocharse los botones de la ropa) y una menor expresión facial. “El temblor es el síntoma más conocido, el cual se da en reposo, es de baja frecuencia, pero de alta amplitud. Además, se puede detectar rigidez, lo que tiende a ser unilateral al inicio o con franca asimetría”, cuenta la neuróloga de IntegraMédica.
Respecto de sus causas, la experta asegura que se plantean varias, siendo una de las más detectadas la exposición a algunos pesticidas. “También, hay un componente genético presente en pacientes con enfermedad que se inicia antes de los 40 años, que son un 5% de los casos. En los casos tardíos, que son la gran mayoría, no hay un claro componente hereditario. Se trata de una patología progresiva y que no tiene tratamiento curativo, por lo que los tratamientos son para aliviar los síntomas. Algunos de ellos tienen evidencia en retardar la progresión de la enfermedad”, sostiene la doctora Albert.
En casos más avanzados, donde hay una gran variedad de síntomas que pueden ser invalidantes, está la opción de la cirugía, con la instalación de estimulación cerebral profunda, o bien suministrar fármacos en bombas para una administración continua. Sin embargo, estas alternativas son para casos seleccionados y no para todos los pacientes.
Una vida sana
“La enfermedad de Parkinson afecta la calidad de vida del paciente y su familia, y las alteraciones en el cerebro comienzan años antes de la aparición de los síntomas. Para disminuir el riesgo o retrasar la aparición de la enfermedad se ha demostrado que los estilos de vida saludable son indispensables”, sostiene la doctora, entre los que subraya:
- Cuidar una alimentación balanceada.
- Bajo consumo de alcohol.
- Evitar fumar.
- Realizar actividad física.
- Disminuir el estrés y evitar cambios fuertes de ánimo.
- Mantener un sueño reparador (ojalá con un mínimo de 7 horas).