Luego de los bullados casos de violencia escolar, la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia (Sopnia) hizo un llamado al gobierno a poner el foco en jóvenes y adolescentes, donde el impacto de la pandemia recién se está viendo y el programa de gobierno no los incluía como uno de los focos de la salud mental.
“Los efectos de la pandemia son evidentes”, con esa frase el pasado 25 de marzo el ministro de Educación, Marco Ávila, daba cuenta de una realidad que se ha instalado en los colegios desde el retorno a la presencialidad. Estudiantes desescolarizados, con presión acumulada por el encierro y con actitudes que han levantado las alarmas en distintas partes del país.
Y si bien se ha anunciado una estrategia de intervención, la salud mental de los niños, niñas y adolescentes siguen sin un marco claro para avanzar post pandemia: “La pandemia de salud mental está repercutiendo en toda la sociedad, pero sobre todo en los establecimientos educacionales. Para seguir avanzando en una recuperación que no sea sólo económica, necesitamos poner foco en la salud mental de los más jóvenes”, indica Felipe Méndez, presidente de la Sopnia.
Para el neurólogo, no solo se deben fortalecer las comunidades escolares, sino la capacidad profesional que tiene el país para enfrentar esta crisis: “Es urgente pensar en un aumento significativo en las plazas de psiquiatría infantil y adolescente en la administración pública, rediseñar la deficiente distribución territorial de profesionales ligados a la salud mental, incluir un foco en niñez y adolescencia, que no lo vimos en el programa del presidente Gabriel Boric y que esta agenda, además, se coordine con otros problemas, como el consumo problemático de alcohol y drogas, que ya eran temas muy complejos en nuestro país antes de la pandemia”, manifestó.
Los niños y niñas primero
Para la psiquiatra infanto-juvenil y expresidenta de la Sopnia, Adriana Gutiérrez, la prioridad en salud mental para la infancia y adolescencia debe comenzar ya: “Cuidar la salud mental de los niños niñas y adolescentes es central para pensar en reconstruir nuestra sociedad. Y el desafío se hace mayor al considerar que las especialidades psiquiátricas no se encuadran en los tiempos de otras especialidades médicas, requiere tiempo, que es lo que menos tenemos hoy como país”, afirmó la especialista.
“Junto con facilitar el acceso al tratamiento, necesitamos un marco de acuerdo como país. Necesitamos subrayar la importancia de las habilidades socio emocionales en las escuelas, que pensemos más en apoyarnos vía colaboración que en destacar en la competencia, al fin, que esto no se piense solo en una relación médico-paciente, sino en una política que permita acercarse desde distintos espacios adonde hoy están compartiendo sus múltiples frustraciones”, cerró la directiva de la Sopnia.
Para Méndez la solución pasa por una receta conocida: “Promoción, prevención y tratamiento. Nada nuevo, pero ahora después de dos años de pandemia y un estallido social. Necesitamos que la frase de los niños y niñas primero se haga realidad urgentemente”, concluyó.