Durante el invierno, una parte significativa de la población enfrenta síntomas que se asemejan a la depresión, conocidos como Trastorno Afectivo Estacional (TAE). La directora del Centro de Psicología Aplicada (Cepa) de la Universidad de Talca (UTalca), Nadia Ramos, explicó que este trastorno se caracteriza por una sensación intensificada de tristeza, disminución del disfrute, deseo sexual reducido, pérdida de interés, cansancio, y un aumento en la necesidad de dormir y comer.
"La falta de luz solar es una de las causas del TAE, pero no la única", subrayó la especialista. Factores culturales, características individuales e incluso predisposición genética también influyen en su desarrollo. El tratamiento, similar al de la depresión, puede incluir terapia con luz (fototerapia), aunque su efectividad varía.
En cuanto a la prevención, Ramos Alvarado enfatizó la importancia del diagnóstico temprano y de aprender estrategias para manejar los síntomas anticipadamente. "Los estudios sugieren que la farmacoterapia puede ayudar a atravesar el invierno de manera más llevadera", agregó, señalando que los tratamientos psicoterapéuticos también son efectivos al proporcionar herramientas para enfrentar estos estados emocionales.
Ecoansiedad: Respondiendo al cambio climático
Además del TAE, otro desafío emocional emergente es la ecoansiedad, definida por la Asociación Americana de Psicología como un miedo persistente a la crisis ambiental y climática. Según la directora del Cepa de la UTalca, este malestar emocional abarca una amplia gama de sentimientos, desde ansiedad hasta estrés postraumático, generado por la conciencia de los impactos actuales y futuros del cambio climático.
Aunque no es una enfermedad mental, la ecoansiedad puede dificultar significativamente la vida diaria. "Es crucial entender que la ecoansiedad no es un trastorno en sí mismo, pero puede paralizar a las personas por el miedo a los efectos del cambio climático", explicó Ramos Alvarado.
Para mitigar estos efectos, la especialista sugirió participar en actividades comunitarias y discusiones sobre el clima con una perspectiva de esperanza y acción positiva. "Es fundamental que las personas se involucren activamente en iniciativas que promuevan cambios y mejoras ambientales", concluyó.
