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En el Hospital Ricardo Valenzuela Sáez de Rengo funciona la Unidad de Cuidados Paliativos, un espacio donde el alivio del dolor físico se combina con el acompañamiento emocional, familiar y espiritual. Este equipo multidisciplinario, conformado por médicas, enfermeras, TENS, kinesiólogo, terapeuta ocupacional, químico farmacéutico y psicóloga, trabaja para entregar una atención integral y centrada en la persona, priorizando la dignidad y los valores de cada paciente.
Atención centrada en la dignidad y el respeto
Con un enfoque basado en la empatía, cercanía y respeto, la Unidad promueve la planificación conjunta de los tratamientos según los deseos y convicciones de cada paciente. Además, fomenta espacios de encuentro y apoyo entre pares, reafirmando el compromiso institucional del hospital con una atención compasiva en todas las etapas de la enfermedad.
La directora del establecimiento, Margarita Yercic Bravo, destacó: “Estamos profundamente comprometidos con brindar una atención integral y humana a nuestros pacientes, especialmente a quienes se encuentran en etapa de fin de vida. La Unidad de Cuidados Paliativos cumple un rol fundamental, porque no sólo alivia el dolor físico, sino que también entrega acompañamiento emocional y apoyo a las familias. Nuestro objetivo es que cada paciente reciba una atención digna, cercana y continua, que le permita transitar este proceso con calidad de vida y contención”.
Acompañamiento integral en enfermedades graves
La jefa de la Unidad, Dra. Camila Olivares, explicó que “estas unidades se crean a partir de la Ley GES para acompañar integralmente a pacientes con enfermedades terminales o graves. Inicialmente solo se incluían los casos oncológicos, pero desde 2021 también se atienden patologías no oncológicas. Nuestro propósito es acompañar a los pacientes y sus familias en este trance, brindando apoyo sintomático, orientación, ayuda en la toma de decisiones y contención en sus necesidades sociales, espirituales y psicológicas”.
Testimonios de gratitud y acompañamiento
Desde Rinconada de Guacarhue, María Cristina Torres, nuera del paciente Luis Núñez, expresó: “Me parece súper bien el equipo de paliativos, porque don Luis es una persona que necesita mucha preocupación. Desde que ingresó al Hospital de Rengo, el apoyo ha sido incondicional. Están siempre pendientes de él. Todo ha sido un gran gesto de agradecimiento, porque nunca me lo esperé. Me emociona ver que personas que están solas puedan tener este tipo de apoyo tan grande”.
Por su parte, Bernarda del Carmen Peña Palominos, paciente de Malloa, comentó: “No conocía este sistema, pero desde que partieron me sentí muy acompañada y muy dispuesta a ayudarme en mi malestar. Es un equipo muy humano. Vivo con mi hija y su familia, y también me acompañan mis hermanas; me siento muy agradecida del apoyo que me entregan”.
Su hija, Giovanna Hernández Peña, agregó: “No conocíamos la Unidad de Cuidados Paliativos; llegamos porque un doctor de urgencia nos dijo que la enfermedad de mi madre iba muy rápido y que teníamos que recurrir a Cuidados Paliativos. Ha sido una atención excelente: vinieron el mismo día que consultamos a acompañarnos y de verdad, son todos un amor. Nos han ayudado en este proceso que es bien difícil, pero nos sentimos súper acompañados, porque cualquier duda que tenemos podemos llamarlos por teléfono, lo cual es una gran ayuda para saber cómo actuar frente a una crisis de dolor. Espectacular, todo un 7”.
Un homenaje desde la gratitud
Con el consentimiento informado de su familia, el Hospital Ricardo Valenzuela Sáez de Rengo publicó el testimonio de Bernarda del Carmen Peña Palominos, quien falleció tras recibir acompañamiento constante del equipo de Cuidados Paliativos. Su historia es un homenaje al valor de la empatía, la humanidad y el compromiso de los profesionales que acompañan con respeto y amor hasta el final del camino.
