Uso regular de la bicicleta reduce en un 24% la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares

No cabe duda de que incorporar la bicicleta en nuestra rutina es sinónimo de calidad de vida. Mejores funciones cognitivas, disminución del estrés, fortalecimiento del sistema inmunológico y de la musculatura, son sólo algunos de los efectos que han comprobado diversos estudios abocados a medir su potencial como medio de transporte. El más reciente de ellos, sin embargo, no sólo corroboró estas consecuencias favorables, sino que reforzó la relevancia de ser sistemáticos en el pedaleo.

La investigación, dada a conocer por la revista Sports Magazine, convocó a 22 científicos quienes en conjunto revisaron 17 trabajos anteriores, abarcando una población de medio millón de personas. Así, determinaron que usando la bicicleta 130 minutos a la semana se reducen en un 23% las posibilidades de morir prematuramente por diversas causas y en un 24% si se trata de enfermedades cardiovasculares. Lo más llamativo es que los expertos aseguraron que el impacto favorable real se da cuando la bicicleta es parte del día a día, mucho más que cuando la actividad se concentra de manera intensiva en una jornada.

Al respecto, Marcelo Muñoz, director de la Escuela de Educación Física, Deporte y Recreación para Enseñanza Básica y Media de la Universidad Bernardo O’Higgins, indicó que “la ejecución de un día de entrenamiento a la semana no permite reactivar los aspectos ganados en una sesión y estos se pierden en los días consecutivos. En cambio, la ejecución “diaria” permite activar al organismo logrando con esto la adaptación del cuerpo y por consecuencia, mejorar la condición física y de salud de cada individuo”.

En ese sentido, las bicicletas eléctricas se han posicionado como grandes aliadas dado que “gracias al pedaleo asistido pueden ser un medio de transporte permanente, sin que las distancias o la excesiva exigencia sean obstáculos. Cada vez son más los que están viendo el uso de las e bikes como la alternativa real al automóvil, entendiendo que la tecnología actúa como un facilitador que deja atrás la vida sedentaria”, asegura Juan Ignacio Guldman, gerente de operaciones de Völmark, compañía nacional que ha visto de cerca el auge de las bicicletas eléctricas de la mano de consumidores que buscan una vida más saludable.

Además de los ya mencionados efectos en la salud, la investigación arrojó otros efectos positivos como la mayor absorción de Vitamina D y la mejora de la salud mental. Aun así, los expertos recomiendan siempre tomar ciertas medidas si se inicia por primera vez la vida deportiva. “Además de los aspectos de seguridad y temas técnicos, como la distancia entre pedal y asiento, tipo de asiento y posición corporal durante la actividad, es clave considerar la condición física de entrada. Si es inicial, favorecer las distancias cortas e ir aumentándolas en la medida que se progresa. La percepción del ejercicio también es fundamental y debe ser controlado porque el cuerpo nos avisa si puede o no continuar y es importante escuchar esas señales”, enfatizó el académico de la UBO.


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