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El pasado viernes 6 de junio, la Ciudad de Glendale, condado de Los Ángeles, California, anunció oficialmente el término de su contrato con el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que permitía el uso de las instalaciones del Departamento de Policía local para albergar detenidos migratorios federales.
Decisión basada en valores comunitarios
Este acuerdo, vigente desde 2007, permitía que los detenidos estuvieran cerca de sus familias y abogados, recibiendo atención médica y acceso a condiciones dignas. Sin embargo, a pesar de las estrictas regulaciones, transparencia y estándares de calidad mantenidos por la ciudad, las autoridades locales reconocen que el contrato se volvió un tema divisivo en la opinión pública.
“Esta decisión no fue política, sino un reflejo de los valores fundamentales de Glendale: seguridad pública, responsabilidad local y confianza comunitaria”, se indicó desde el municipio. La resolución fue tomada tras una evaluación exhaustiva de aspectos legales, operativos y comunitarios.
Policía de Glendale no aplica leyes migratorias
Las autoridades recalcaron que el Departamento de Policía de Glendale no aplica leyes de inmigración, ni lo hará en el futuro. Asimismo, afirmaron que se mantiene el cumplimiento total con la Ley SB 54 de California, que prohíbe el uso de recursos locales para tareas de control migratorio.
Impacto en las familias y el rol del centro
El municipio lamentó que algunas familias puedan enfrentar ahora mayores dificultades para visitar a sus seres queridos detenidos, y que el acceso a asesoría legal pueda ser más limitado en otros centros. Las instalaciones de Glendale ofrecían condiciones superiores, con acceso a duchas, agua potable, comidas, atención médica, espacios de descanso, y comunicación constante con seres queridos, tanto presencial como virtual.
Enfoque futuro y compromiso permanente
A partir de ahora, las instalaciones policiales estarán destinadas únicamente a funciones locales de seguridad pública, sin participación en actividades de detención federal. “Nuestro deber es garantizar que los residentes y empresas de Glendale no se vean afectados por comportamientos ajenos a nuestra comunidad”, subrayó el municipio.
La ciudad reafirma su compromiso con la seguridad, la transparencia y el trato justo para todas las personas, sin importar su estatus migratorio.