El incremento de restaurantes y dark kitchens (cocinas fantasmas) en nuestro país ha generado múltiples beneficios asociados a empleabilidad y un desarrollo de pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, un detalle no menor y que por lo general pasamos por alto es la emisión de olores que se genera en este tipo de recintos, algo con lo que día a día deben lidiar los trabajadores del sector y sus clientes.
Para resolver este problema, Hernán de la Maza, gerente de Proyectos de Airlife Chile, compañía líder en sanitización y purificación de ambientes, comenta sobre distintas alternativas para abordar este problema.
En primer lugar, existen mecanismos para intervenir las extracciones de las cocinas de restaurantes y casinos, y así impedir que los olores reingresen a los recintos o bien contaminen fuertemente el sector.
Una segunda opción es el control al interior de los establecimientos destruyendo molecularmente los olores de origen orgánico. “Esta opción tiene doble beneficio, ya que no solo elimina los aromas molestos, sino que también controla virus -incluyendo el coronavirus-, además de hongos y bacterias”, agrega el ejecutivo.
Este mecanismo está especialmente diseñado para lugares donde se complejiza el uso de mascarillas, por ejemplo, comedores, cafeterías de edificios, y casinos.
“Nuestra innovación permite que, en solo unos minutos, los vecinos, clientes y personas que trabajan en los restaurantes, no sientan el aroma a comida y tampoco les quede impregnado en la ropa. En el caso de las dark kitchens, junto con el tratamiento de olores en las extracciones, se definen soluciones en los ambientes de producción para evitar la mezcla de olores que se podría producir entre distintas elaboraciones”.