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Una de las opciones que tienen las familias para calefaccionar sus hogares durante la época de frío es la parafina o kerosene, razón por la que es relevante que la comunidad conozca cómo poder utilizarla de forma segura.
Así, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) entregó una serie de recomendaciones para el correcto transporte, utilización y almacenamiento de la parafina, con el objetivo de minimizar los potenciales riesgos para las personas y sus bienes y, a la vez, cumplir con los estándares de seguridad existentes.
Utilizar bidones de plástico
En primer lugar, para almacenar parafina, se deben utilizar bidones de plástico, de capacidad entre 5 y 20 litros, de color azul y certificados con su Sello SEC, además de contar con medidas de seguridad como un diseño que evite salpicaduras y una tapa que entregue un cierre seguro. No deben ocuparse contenedores de vidrio, botellas desechables o de materiales frágiles.
Es importante señalar que, así como los bidones azules corresponden al kerosene, la gasolina debe ir en un bidón rojo y el petróleo en contenedores amarillos, esto le permite a la ciudadanía, de forma rápida, saber el tipo de energético presente al interior de dicho envase.
Desde la SEC señalaron que “esta diferenciación de colores pretende evitar eventuales situaciones de riesgo, como, por ejemplo, cargar una estufa con el energético equivocado o desperfectos en vehículos por usar parafina, siendo además una forma rápida de advertir a la comunidad el tipo de combustible presente dentro de cada envase para una manipulación segura”.
Disponer de un lugar seguro
Mientras que, para almacenar la parafina en la casa, es necesario disponer de un lugar seguro para ello, el cual debe estar alejado de fuentes de calor, de niños o niñas y no quedar expuesto a la intemperie de forma directa.
Uso de estufas a parafina
La SEC también entregó consejos para el uso seguro de las estufas a parafina. Primero, hay que considerar que las más antiguas deben ser recargadas, encendidas y apagadas en el exterior de la vivienda. Además, la carga del energético debe ser realizada de forma lenta para evitar salpicaduras y, por ningún motivo, rellenar el estanque mientras esté en funcionamiento.
“Las estufas a parafina desprenden gases de la combustión al ambiente, por lo que es recomendable ventilar cada cierto rato los espacios a calefaccionar y jamás ingresarlas a baños o dormitorios. Esto salvo que cuenten con un sistema automático, que debe ser indicado por el fabricante en el manual de usuario. Asimismo, las estufas deben ser sometidas, al menos una vez al año, a mantenciones por parte del respectivo servicio técnico”, expresaron desde la SEC.
También es importante que, al momento de comprar una estufa a parafina nueva, se verifique que cuenta con su Sello SEC y adquirirla en un local establecido, ya que éstos cumplen con las disposiciones de seguridad y certificación que establece la normativa vigente.