A modo de cumplir un compromiso realizado en la Cuenta Pública del año 2022 y fechándolo en la misma instancia del 2023, el Presidente Gabriel Boric lanzó esta semana la Estrategia Nacional de Integridad Pública (ENIP) que recoge los lineamientos compartidos por la Comisión Engel, la OCDE y la Contraloría General de la República, con el objetivo de mejorar los estándares de transparencia, integridad y anticorrupción.
En su versión final, la ENIP, primera de su estilo en nuestro país, cuenta con 210 medidas que se centran en cinco ejes temáticos: Función Pública, que comprende a los órganos del Estado, las actividades que realizan al servicio de las personas y el conjunto de personas que ejercen labores en ellos; Recursos Públicos, que corresponden a los medios que se encuentran a disposición del Estado para cumplir con sus funciones y financiar el gasto público; Transparencia, que consiste en promover el principio que llama a respetar y cautelar la publicidad de los actos, resoluciones, procedimientos y documentos de la Administración; Política, que apunta a cerrar las brechas identificadas en materia de partidos políticos y campañas electorales; y Sector Privado, se refiere a todos los actores del mundo de los negocios, como las empresas privadas y públicas, además de sus trabajadores, representantes y gremios.
“Esta es una propuesta que hace el Presidente, en relación a como nosotros, no solo como Estado sino que también en temas de privados, podemos implementar este sistema que nos permita transparentar el uso de los recursos públicos, pero también cosas tan importantes como el tráfico de influencias o los conflictos de intereses” señaló la vocera del Gobierno en la región, Patricia Torrealba.
Dentro de las medidas que comprende cada uno de los ejes, se destaca, por ejemplo, en el apartado de función pública medidas como, nuevas inhabilidades y sanciones, post-empleo que regulen el tránsito del mundo privado al público y viceversa. Restringir la contratación de parientes en altas autoridades y la inhabilidad de 10 años para ejercer cargos públicos o de elección popular a quienes cometieron delitos de corrupción, en otras. En tanto en el sector privado, se apunta a crear un Registro Nacional de Beneficiarios Finales de Personas Jurídicas, para facilitar el combate a la evasión fiscal, el crimen organizado, el lavado de activos, financiamiento del terrorismo, atentados contra la libre competencia y, en general, los conflictos de intereses.
“El Estado tiene que de alguna forma resguardar los derechos que son de todos, porque al final las instituciones públicas, los recursos fiscales, son de cada uno de nosotros (…). Por eso queremos que esté regulado en una normativa y que esto permita aumentar los estándares de integridad pública”, cierra la seremi Patricia Torrealba.