Regantes de O’Higgins y Maule realizan Gira Tecnológica al Biobío para conocer experiencias del cuidado en la calidad del agua

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Una productiva Gira Tecnológica, que consideró la visitas a unidades demostrativas e instalaciones de las asociaciones de canalistas de Laja y Biobío-Negrete, realizaron 35 usuarios y usuarias de las cuencas de O’Higgins y Maule que conocieron distintas experiencias de limpieza de aguas contaminadas a nivel intra y extra predial, con tecnologías que son apropiadas a la realidad de sus predios y cuencas.

Esta gira es parte del “Programa de Transferencia en Calidad de Agua y Buenas Prácticas Agrícolas para las regiones de O’Higgins y Maule”, de la Comisión Nacional de Riego (CNR), enfocado en apoyar a las y los agricultores y usuarios de aguas de riego de los ríos Claro y Cachapoal, en O’Higgins, y las cuencas de los ríos Putagán y Teno, en Maule.

La iniciativa se orienta al cuidado de la calidad de agua de los canales y las buenas prácticas agrícolas (BPA), aspectos que en ocasiones han sido postergados ante la urgencia de las instituciones en apoyar una mejor gestión en el actual escenario de crisis hídrica y climática que afecta al país.

Creciente participación femenina

María Isabel Muñoz Méndez, usuaria del canal La Cañada de Linares, derivado del río Ancoa, relata que su experiencia “ha sido muy importante porque es una forma de ir educando para que los canales no sean un basural, que es el gran problema que tenemos”.

María Isabel participa activamente, al igual que muchas otras mujeres de Linares, en su asociación, en los cursos y capacitaciones impulsadas por la CNR, lo que da cuenta de la creciente incorporación femenina a las directivas de las organizaciones de usuarios de agua.

Desde su rol como profesora y consciente de que la escasez hídrica afecta a diversas comunidades y organizaciones de regantes, señala que “nos interesa (este programa) por todo el problema que tenemos los agricultores para poder cultivar con aguas limpias. Por ahí va el mejoramiento de nuestra salud y tener una alimentación más sana, que es lo que necesitamos. Y también para las exportaciones de los productos, porque va a llegar el momento en que nuestros agricultores pueden tener problemas para exportar por la contaminación que tienen todavía algunos canales de riego”.

Experiencias exitosas

Existen distintas experiencias para la gestión de la calidad de agua en las cuencas de la zona centro y sur. En Biobío, asociaciones como las del Canal Biobío Negrete llevan años trabajando en programas de transferencia tecnológica (ozono, lámparas UV, decantadores, entre otros) en gestión de calidad de aguas extra predial, por lo que su experiencia fue compartida durante la visita a la lechería familiar de Fernando Luna, en el sector El Agro, donde solucionaron los problemas de aguas servidas como de otros posibles contaminantes y ahora pueden reutilizar las aguas descontaminando el canal donde eran vertidas.

Trabajo colaborativo

Para Rodrigo Rebolledo, administrador del canal San Pedro, de la provincia del Cachapoal, asegura que “todo lo que vimos en terreno es válido en los diversos sectores. En nuestros canales, en la cuenca del Cachapoal, también es factible hacer lo mismo, así que pueden contar con nosotros”.

De igual manera, Pedro Muñoz Marchant, en representación de la asociación del canal Lo de Lobos, canal Pretil y canal Molino, de la Primera sección del río Claro de Rengo, confirma que “vemos que la experiencia de esta región es aplicable donde estamos nosotros”.

Para Muñoz la diferencia entre las regiones radica en que “acá están mucho más adelantados, con implementaciones en cuanto a la calidad de las aguas y además en beneficio del medio ambiente, porque vemos que se pueden mejorar las dos cosas”.

En la ocasión, el administrador del canal San Pedro, Rodrigo Rebolledo, reflexionó sobre la situación de O’Higgins, después de compartir dos días de trabajo con regantes de otras regiones: “El objetivo se cumplió, y queremos que cuenten con nosotros como cuenca del Cachapoal, porque creo que estamos un poco aislados. En esta gira, veíamos como todos habían estado en muchas actividades fuera de sus regiones y nosotros como cuenca del Cachapoal, nada. Estábamos ausentes. Y nuestra cuenca es demasiado importante para que nos quedemos afuera de todos estos desarrollos que se han ido generando”.

Soluciones accesibles

Mientras, el secretario ejecutivo de la CNR, Wilson Ureta, destacó “la importancia de impulsar espacios donde se puedan transferir conocimientos y compartir soluciones entre organizaciones, especialmente con quienes no tienen oportunidades de acceso a la información. Agradezco a las y los dirigentes que han confiado en nosotros y han puesto a disposición sus experiencias y buenas prácticas para apoyar el desarrollo de otros regantes, ya que estos resultados nos motivan a extender este trabajo hacia la pequeña y mediana agricultura en los diversos territorios”.

La valoración que hacen las y los profesionales a cargo del programa es también positiva, por los beneficios inmediatos alcanzados, como mejorar la comunicación entre las regiones y aprovechar las experiencias que han solucionado problemas que en algunos casos siguen pendientes en determinadas cuencas.

Al respecto, el jefe del programa de Transferencia Tecnológica que ejecuta el Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Carlos Vallejos, destaca que “el intercambio de experiencias es fundamental en un proceso educativo, cuando lo que se busca es cambiar la figura del recurso hídrico, donde se ha pasado de un modelo de abundancia de agua a uno en donde se ha vuelto limitado y escaso”. “Buscamos que usuarios de ambas regiones pudieran conocer otras experiencias y tecnologías que ayuden al mejoramiento de la calidad de sus aguas y en ese aprendizaje darse cuenta de que, a veces, las soluciones son de más fácil acceso de lo que se puede pensar”, añadió.

Roberto Fuentes, profesional de la CNR a cargo del programa explicó que “en las diversas experiencias que se visitaron, el empuje de las propias OUA es fundamental para que se desarrollen despliegues territoriales que permitan mejorar la calidad de las aguas de riego”.

En el actual escenario de crisis hídrica y climática, el secretario Ejecutivo de la CNR, Wilson Ureta, afirmó que “uno de los desafíos que tenemos como Comisión Nacional de Riego es aumentar las instancias de capacitación y fortalecimiento de nuestras usuarias y usuarios en cada una de las regiones y comunas en donde se hace agricultura. En esa línea, este programa de transferencia que abarca las regiones de 0´Higgins y Maule cobra especial relevancia, dado que hay un interés constante, especialmente de la pequeña y mediana agricultura, por mejorar la gestión hídrica y aprovechar el agua disponible para riego”.

Apoyo a la participación femenina

La autoridad, agregó que “para el gobierno del presidente Gabriel Boric y, en particular, para la Comisión Nacional de Riego, es muy importante aumentar la participación de las mujeres en el mundo rural, donde aún persisten importantes brechas de inclusión y equidad de género. Además, incorporamos el enfoque de género en nuestros programas de apoyo y estamos trabajando para generar iniciativas enfocadas en el fortalecimiento de dirigentas. Que hoy estén participando mujeres en este programa es un importante avance que nos permite contribuir a la construcción de una sociedad más justa, equitativa y próspera”.

Escuela Rural La Mancha

La gira consideró una visita a la Escuela Rural La Mancha en la comuna de Los Ángeles, para conocer una experiencia de tratamiento de aguas servidas a pequeña Escala (Sistema Tohá).

Rosario Aldeguer, ingeniera agrónoma especializada en calidad de aguas e investigadora del CREA, explica el trabajo realizado: “Estamos trabajando en un proyecto de calidad de aguas con la Asociación de Canalistas del Laja, y en ese marco hemos instalado una parcela demostrativa que consiste en la reutilización de las aguas servidas para riego”.

La ingeniera detalló que “lo que trabajamos aquí es la sustitución de una fosa séptica que estaba filtrando a un canal de riego y contaminando con bacterias fecales. En lugar de eso, intervinimos el camino a la fosa, construimos una planta de elevación de las aguas servidas, que se filtró en un depósito con un bio filtro que lleva viruta, bolones, y también se filtra con lombrices. Posteriormente, se desinfecta con luz ultravioleta y se acumula en un depósito para riego”.

Actualmente el depósito acumula 1.000 litros de agua regenerada que tienen disponible todos los días en el colegio para riego, lo que permite mantener los jardines y la zona de educación ambiental, con una huerta y vivero de plantas nativas.

Aldeguer destaca que el proyecto “tiene un triple uso: evitar la contaminación por aguas fecales, reutilizar las aguas servidas, y hacer educación ambiental. Ahora los niños están capacitados y son ellos mismos los que reciben a los niños de otros colegios de la comuna y les hacen la visita guiada”.