Hace solo unas semanas se cumplieron tres años desde que un 62% del electorado rechazó de manera categórica el proyecto de nueva Constitución elaborado por la Convención, marcando un punto de inflexión para la historia política y constitucional chilena. En un año electoral, donde solemos escuchar propuestas grandilocuentes que buscan captar la atención del votante, merece especial recordatorio que el resultado del Rechazo no fue un simple efecto de campañas comunicacionales ni de desinformación en redes sociales, sino la consecuencia de un texto refundacional que no dialogó ni con la tradición institucional chilena ni con las preocupaciones reales de la ciudadanía.
La Convención impulsó un cambio radical en las reglas del juego democrático al proponer un Estado plurinacional, un sistema de justicia paralela que debilitaba en la práctica la igualdad ante la ley, iniciativas que ponían en riesgo la estabilidad económica del Estado, el derecho de propiedad y, en definitiva, la institucionalidad del país. Todo ello desconectado de las certezas que demandaba la ciudadanía en temas de seguridad, pensiones, salud y empleo; materias que, por lo demás, motivaron en 2020 la aprobación inicial de redactar una nueva Carta Magna. Esa brecha fue lo que selló el fracaso del proceso y, sin embargo, no está claro si el resultado es realmente una lección aprendida por buena parte de quienes lo promovieron.
El cuestionamiento es particularmente pertinente, ya que varias de las figuras que defendieron aquel texto —y que encarnaron la narrativa del “cambio total”— buscan llegar al Congreso en noviembre. Jaime Bassa compite por Valparaíso, Ignacio Achurra lo hace por el distrito 14, Giovanna Grandón por el 12 y Elisa Loncon, quien incluso llegó a plantear la eliminación del Senado, hoy busca un escaño en esa misma cámara por la región de La Araucanía. La pregunta inevitable es si las ideas rechazadas por una gran mayoría en las urnas encuentran ahora, en el parlamento, una segunda vía de entrada a través de estas candidaturas.
A quienes hoy regresan a la arena electoral les corresponde decidir si ese resultado será asumido como una realidad o ignorado como un tropiezo menor. Porque insistir en lo mismo no es solo desconocer el pasado reciente, sino desafiar el mandato ciudadano de construir cambios con sensatez, respeto a la tradición institucional y atención a las verdaderas prioridades de la población.
María Jesús Díaz
Idea País O´Higgins
