Cada agosto, cuando el país recuerda el legado de San Alberto Hurtado, la palabra solidaridad se vuelve trending topic. Pero aquí, en la región de O’Higgins, nosotros en Fosis preferimos que no sea un hashtag de temporada, sino una agenda permanente de políticas públicas. Y para eso no basta con abrazos simbólicos: es necesario escuchar a quienes viven la vulnerabilidad en carne propia.
El mes de la Solidaridad es una época que nos invita a reflexionar sobre el valor de compartir, apoyar y construir juntos una sociedad más justa. Este espíritu adquiere un significado especial, pues somos testigos de cómo la colaboración entre instituciones, organizaciones sociales y la comunidad puede transformar realidades.
Desde el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) hemos visto cómo la solidaridad no es solo un gesto aislado, sino un compromiso sostenido con quienes más lo necesitan. En nuestra región, miles de familias enfrentan desafíos económicos, acceso limitado a oportunidades y las secuelas de la desigualdad. Pero también hemos visto cómo, cuándo sumamos esfuerzos, surgen soluciones innovadoras y esperanzadoras.
En Fosis, entendemos la solidaridad como una herramienta de cambio social. Nuestros programas Emprendo Semilla, Básico, Avanzado, Grupal o de Inclusión Social; el Eco Mercado Solidario y Juntos Más Barato en la línea de Cohesión Social; en Hábitat Saludable que mejora condiciones de viviendas y la generación de alimentación para autoconsumo, entre otros programas, no solo entregan recursos, sino que generan redes de apoyo entre emprendedores, capacitadores y comunidades. La solidaridad se materializa cuando una vecina comparte su experiencia para que otra pueda levantar su negocio, o cuando un joven accede a capacitación y luego enseña lo aprendido en su localidad.
La pandemia y la crisis económica dejaron en evidencia que la solidaridad no puede ser ocasional. Hoy, más que nunca, necesitamos políticas públicas con enfoque comunitario y una ciudadanía activa. En O’Higgins, hemos trabajado codo a codo con municipios, empresas, organizaciones y muy especialmente, con el Gobierno Regional encabezado por el gobernador Pablo Silva Amaya y, con las y los Consejeros Regionales, para llegar a territorios rurales, apoyar a adultos mayores, a personas en condición de discapacidad y sus cuidadoras y cuidadores y, de esta manera, fomentar la economía local.
Pero aún queda mucho por hacer. Este Mes de la Solidaridad nos recuerda que "dar" no es suficiente; debemos involucrarnos. Invito a cada habitante de la región a preguntarse: ¿Cómo puedo aportar? Quizás comprando en la feria local, participando en voluntariados o simplemente escuchando a quien necesita apoyo. La verdadera solidaridad se construye día a día, con hechos concretos.
En Fosis seguiremos trabajando para que la solidaridad no sea solo un discurso, sino una práctica constante. Porque en O’Higgins sabemos que, cuando nos unimos, los desafíos se vuelven oportunidades.
Que este mes no sea un recuerdo ni una tendencia en redes sociales, sino un acelerador de lo que somos capaces de construir entre todos.
Carlos Saravia Aravena
Director regional del Fosis O’Higgins