Este domingo 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, fecha introducida por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991, ante el preocupante aumento en la incidencia de la diabetes alrededor del mundo.
Cada año, en nuestro país se diagnostican miles de nuevos casos de diabetes. Desde la primera Encuesta Nacional de Salud (2003) a la última (2016-2017), en Chile hay 1,3 millones de diabéticos, pasando de una prevalencia de un 4,2% de la población a un 12,3%. Esto equivale a que existen alrededor de 2 millones de personas con diabetes en Chile y las mujeres son más propensas a tener esta enfermedad, ya que la misma encuesta señala que la prevalencia en ellas es de 14%, mientras que en los hombres es de 10,6%.
La fecha de conmemoración tiene relación con el aniversario de Frederick Banting quien, junto con Charles Best, concibió la idea que les conduciría al descubrimiento de la insulina, en octubre de 1921 y que hoy cumple 100 años y ha evolucionado enormemente en las últimas décadas, ya sea en los procesos de fabricación como en su aplicación.
“Existen avances muy importantes que se han logrado realizar durante los años. Se han desarrollado insulinas con acción más parecida a la forma en que el páncreas sano la produce y la libera, y que se adaptan mejor a lo que cada paciente con diabetes necesita. Además, con el paso del tiempo, se han encontrado diferentes maneras de aplicación para hacerle la vida más fácil a los pacientes con diabetes” explica el doctor Gonzalo Godoy, diabetólogo de Clínica Alemana.
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y permite que el cuerpo utilice la glucosa para obtener energía. La glucosa es un tipo de azúcar que se encuentra en los alimentos que consumimos y que gracias a la insulina secretada es procesada por nuestro cuerpo. Sin embargo, las personas que tienen diabetes no producen suficiente insulina o su cuerpo no la usa adecuadamente. Dependiendo del tipo de diabetes, las personas necesitarán realizar un tratamiento con insulina y manejar sus niveles de glucosa.
El descubrimiento
En 1921, los científicos canadienses Banting y Best descubrieron la insulina. Los investigadores cedieron la patente a la universidad de Toronto de manera a posibilitar y aprovechar beneficios, revolucionando así la medicina. Este fue el puntapié inicial para que se comenzaran a estudiar otras formas de administrar la insulina y mejorarla con el tiempo.
“Este es uno de los descubrimientos más importantes de la medicina. Es una herramienta muy útil, ya que permite sustituir o complementar la insulina que normalmente produce el cuerpo. Funciona ayudando a mover el azúcar de la sangre hacia los otros tejidos del cuerpo en donde se usa para generar energía. También evita que el hígado produzca más azúcar. Gracias a ella, hoy en día una persona diagnosticada con diabetes disminuye sus complicaciones y tiene una mejor calidad de vida” indica el doctor Gonzalo Godoy, diabetólogo de Clínica Alemana.
Si bien hay 5 tipos de diabetes, la diabetes tipo 2 representa el 90% del total de los diagnósticos y se caracteriza por la resistencia a la acción de la insulina por parte de los tejidos periféricos y el uso inadecuado de esta y se relaciona a complicaciones vasculares a largo plazo. Este tipo de diabetes se puede controlar con una alimentación saludable, realizando ejercicio o con tratamiento. En el caso de los pacientes que tipo 1, estos requieren insulina porque su páncreas no la produce y, por lo tanto, no puede controlar la cantidad de azúcar en la sangre.
Las insulinas forman parte de la cotidianidad de millones de personas en el mundo y para asegurar un adecuado manejo de la enfermedad, la formación del paciente en sus tratamientos es de suma importancia. Según la Encuesta Nacional de Salud del 2016-2017, sólo la mitad de quienes padecen diabetes acuden a sus controles y sólo el 30% logra alcanzar sus metas de glicemia. Con la pandemia se ha agravado esta situación, ya que muchas personas dejaron de asistir a sus controles, los que en su mayoría se hacen en el sistema de salud público (80% de los diabéticos se atienden allí).
Las complicaciones de la diabetes tipo 1 y 2 pueden causar graves problemas en la salud si no son detectadas, controladas y tratadas a tiempo. Es por esta razón que es de suma importancia que las personas con esta enfermedad realicen los controles y visiten a sus médicos.