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El sueño es mucho más que un proceso biológico necesario para recuperar energía; es un pilar fundamental para la salud física y mental. En Chile, cerca del 30% de la población enfrenta trastornos relacionados con el sueño, lo que impacta directamente en su bienestar emocional y psicológico. Según expertos, la falta de descanso adecuado aumenta el riesgo de desarrollar ansiedad, depresión y estrés crónico, problemas que ya afectan a más del 60% de los niños y jóvenes en el país.
El impacto la falta de sueño en Chile en la salud mental
Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, explica, sobre la falta de sueño en Chile, que "cuando no se logra una calidad adecuada de descanso, el cerebro no tiene la oportunidad de realizar las reparaciones necesarias". Estudios respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI) confirman que la privación del sueño afecta la capacidad del cerebro para almacenar información, regular el estrés y tomar decisiones.
En Chile, más del 80% de la población no duerme las 7 a 9 horas diarias recomendadas, lo que agrava los problemas de salud mental. La Sociedad de Medicina Chilena del Sueño alerta sobre el incremento de diagnósticos de ansiedad y depresión, especialmente en niños y jóvenes, vinculados directamente a la falta de sueño.
Recomendaciones para mejorar la higiene del sueño
Para prevenir trastornos mentales relacionados con el sueño, los expertos recomiendan adoptar hábitos saludables:
- Establecer un horario regular de sueño: Mantener un horario fijo para acostarse y levantarse ayuda a regular el ritmo circadiano, mejorando la calidad del descanso.
- Crear un ambiente propicio para dormir: Un espacio oscuro, silencioso y fresco favorece el sueño. Además, se debe evitar el uso de dispositivos electrónicos una hora antes de dormir, ya que la luz azul interfiere con la producción de melatonina.
- Evitar el consumo de cafeína y alcohol: Estas sustancias alteran el sueño profundo y pueden provocar despertares nocturnos, impidiendo la recuperación cerebral.
- Incorporar actividades relajantes antes de dormir: Prácticas como la meditación, la lectura o un baño tibio ayudan a reducir el estrés y facilitan un sueño reparador.
Concientización y apoyo profesional
Paula Molina enfatiza la necesidad de crear conciencia sobre la relación entre el sueño y la salud mental. "Es fundamental promover hábitos saludables y brindar apoyo profesional a quienes enfrentan trastornos del sueño", señala. Con el apoyo adecuado, mejorar los hábitos de sueño no solo puede reducir la incidencia de enfermedades mentales, sino también transformar la calidad de vida de quienes las padecen.