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La melatonina
A medida que los seres humanos alcanzan la tercera edad con frecuencia disminuyen sus horas de sueño, a pesar de que siguen siendo necesarias. Una de las causas es la menor producción de melatonina, la hormona responsable de regular los patrones de sueño. Sin embargo, existen otros factores, como es el estrés y otras enfermedades que se presentan adentrándose a la vejez y que influyen, directamente, en el tiempo que duerme una persona mayor y la calidad de este descanso.
Una necesidad fundamental
De acuerdo al neurocirujano de Clínica Los Leones, Dr. Waldo Escobar, dormir es una necesidad fundamental, “y la falta de sueño, o no poder dormir, es una enfermedad que puede tener graves consecuencias”. En este sentido, sostuvo que, si bien, al envejecer las horas de sueño normalmente disminuyen, es importante identificar si existe alguna razón en particular, para detectar la causa y, posteriormente, lograr encontrar una solución para mejorar su calidad de vida.
Fase de sueño REM
El especialista mencionó que la fase de sueño REM, que representa el 25% del ciclo de sueño, es cuándo el cuerpo se recupera y logra reponer energías, por lo que “situaciones de estrés, apneas obstructivas, sueños REM que no permiten la relajación motora, cómo es el caso de pacientes con parkinson, piernas inquietas, dolores de columna por patología degenerativas o la confusión nocturna en pacientes orgánicos, suelen afectar el sueño de las personas de tercera edad” y por tanto, repercuten en su calidad de vida.
Estrés durante la pandemia
Por lo anterior, el neurocirujano detalló que el estrés experimentado durante la pandemia en los adultos mayores y los largos ciclos de confinamiento en etapas de alta contagiosidad, donde la incertidumbre y “las deficiencias comunicacionales que han tenido lugar durante este periodo, ha generado miedo en la población de mayor edad, por lo que provoca inicialmente ansiedad y muchas veces deriva en una depresión”.
Calmar la ansiedad
El profesional afirmó que la ansiedad es uno de los gatillantes del insomnio de consolidación y de despertar precoz, que constituyen parte de los trastornos del sueño más frecuentes en adultos mayores. Al respecto, el profesional indicó que su tratamiento se centra en “calmar la ansiedad con un muy buen manejo de la salud mental del paciente, ya sea con o sin ayuda de medicamentos, y según lo indique el profesional tratante” y destacó la importancia del adecuado manejo de los factores agravantes, tales como “ingerir bebidas estimulantes, alcohol y tabaco”.
Buena higiene del sueño
Por último, el neurocirujano Waldo Escobar, recalcó que el uso de fármacos para para conciliar el sueño, siempre debe estar supervisado y consultado previamente con un médico y, finalmente, recomendó las siguientes medidas para mantener una buena higiene del sueño:
- Consumir una última comida liviana, al menos, una hora antes de dormir
- Restringir la ingesta de líquidos previo a dormir, con el fin de disminuir la necesidad de levantarse a orinar muchas veces
- Evitar la exposición a la televisión y cualquier tipo de pantallas antes de dormir
- Controlar la temperatura de la habitación
- Realizar ejercicio diario, idealmente en la tarde
- Evitar el consumo de café posterior a las 18 horas