¿Olvidos constantes, falta de atención en clases, desorganización, dificultad de hacer más de una tarea a la vez, baja tolerancia a la frustración e impulsividad? Estas son algunas de las señales más comunes del Trastorno por Déficit Atencional (TDA), que este 13 de julio conmemora su día internacional para generar más conocimiento sobre su ocurrencia.
“Es un trastorno neurológico que se caracteriza por presentar dificultad en prestar y mantener la atención, pudiendo darse con o sin hiperactividad, además de impulsividad. Se puede dar en niños y en adultos, y sus primeros síntomas se presentan habitualmente entre los 4 y 11 años”, señala Andrea Cid, psicóloga de IntegraMédica.
Al respecto, la especialista profundiza que a esa edad es posible ver signos en dos ámbitos. “En falta de atención, se nota poca capacidad para concentrarse en detalles, dificultad para permanecer en tareas o juegos, para seguir instrucciones, y rechazo a actividades que requieren esfuerzo mental. En el plano del comportamiento, es esperable que el niño hable demasiado, se mueva mucho, trepe en situaciones no apropiadas, le cueste esperar su turno e interrumpa conversaciones”, agrega.
¿Factores de riesgo?
Al momento de sospechar de TDA, es importante revisar qué factores de riesgo hay asociados, que pueden facilitar su aparición. “La presencia de hermanos o padres que lo hayan presentado, tabaquismo durante el embarazo, nacimiento prematuro y exposición a ciertas toxinas ambientales en la gestación pueden ser gatillantes. Se da en el 10% de los niños en nuestro país, por lo que es clave que seamos más conscientes de esta condición, que, para muchos, significa incomprensión o prejuicio”, dice Andrea Cid.
Enfoque multidisciplinario
De acuerdo a los estudios realizados, el tratamiento debe ser integral e incluir distintos pilares. “Hay que abordar el aspecto conductual, con apoyo psicológico para el manejo de autocontrol, técnicas de concentración, manejo de problemas y frustración, y organización de tareas; evaluar el apoyo farmacológico y no olvidar la orientación a padres y profesores, con educación sobre el tema, estrategias y foco en refuerzo positivo”, asegura la psicóloga de IntegraMédica.
Así, se trata de una condición que es muy importante tratar de forma temprana, porque, según la experta, puede ocasionar serios problemas en el desarrollo, como un bajo rendimiento académico, problemas para adaptarse socialmente, y como consecuencia de ello, trabas emocionales en la adultez.