La comuna de Marchigüe abrió sus puertas para el lanzamiento regional del programa que busca ayudar a pequeños propietarios forestales de seis comunas de la región: Litueche, Paredones, Lolol, Pumanque, Pichilemu y Marchigüe, quienes tras la catástrofe ambiental más grande de la historia del país, perdieron sus campos, infraestructura y fuentes laborales, entre otros.
En 2017 el patrimonio de plantaciones forestales se vio severamente afectado por los incendios forestales de magnitud, que quemaron 112 mil hectáreas en la región, perdiéndose con ello 36.082 hectáreas de bosque nativo y 35.542 hectáreas de plantaciones forestales y 700 familias afectadas. Por lo que en esta administración, ya se han atendido a 91 familias, a las que se les reforestaron 320 hectáreas y se manejaron 840 hectáreas de plantaciones quemadas, aportando más de 328 mil plantas de pino para volver a crear los bosques siniestrados, más los correspondientes fertilizantes, con una inversión de 175 millones de pesos.
La meta continúa siendo la regeneración de un total de 6.000 hectáreas quemadas, contribuyendo así a la meta nacional para el período de 25 mil hectáreas. Durante este año, se espera reforestar y manejar 1.633 hectáreas de plantaciones quemadas, beneficiando a 109 nuevas familias del secano de la región, de las cuales 42 cuentan con una mujer jefe de hogar, con una inversión total de 692 millones de pesos.
“Estamos felices de haber podido generar la entrega de casi 700 millones de pesos a propietarios del secano, personas trabajadoras de nuestra región, que se han comprometido con nuestro gobierno en la tarea de reforestar nuestro patrimonio forestal, al igual que los alcaldes de sus respectivas comunas”, comentó sobre la actividad Marcelo Cerda Berríos, Director Regional de la Conaf, quien en compañía del seremi de agricultura de la región, Joaquín Arriagada, encabezaron la actividad.
Este gran esfuerzo del Ministerio de Agricultura, viene a apalear las pérdidas de fuentes laborales asociadas a los trabajos de agricultura, silvicultura y manejo, la pérdida de bosques, praderas y ganado, de cercos y de infraestructura productiva y un retroceso en el potencial productivo de los predios incendiados, en lo ambiental: la pérdida de las cubiertas vegetales protectoras de los suelos y de los cursos de aguas, la pérdida de hábitats parta fauna silvestre, el retorno a la atmosfera del carbono abatido por las plantaciones forestales y la vegetación y en lo social: la pérdida de bienes muebles e inmuebles, infraestructura comunitaria y desmejoramiento de la calidad de vida de la población afectada.
Dada esta tragedia, sin parangones en la historia ambiental del país, el Presidente Sebastián Piñera consideró en su programa de gobierno ir en apoyo directo y efectivo de los propietarios afectados, creando el Programa de Recuperación Productiva de Bosques Quemados, al alero del Ministerio de Agricultura y colocando a la Conaf como brazo articulador y ejecutor.
En miras al 2021, se continuará ampliando la cobertura de familias que reciben el beneficio y apoyo de la Conaf, sumado a la restauración de los bosques nativos incendiados en las zonas de quebradas, que encierran los parches de vegetación de mayor valor en materia de riqueza y composición de especies nativas en el secano.